El Al Ain FC ya no juega en el estadio de entonces, se ha mudado al ultramoderno Hazza Bin Zayed, donde tendrá lugar la semifinal del martes contra los Millonarios, pero los entrenamientos de River sí que tienen lugar en el viejo campo Tahnoun Mohammed Zayed, que Scocco conoce muy bien.
Situado muy cerca de la frontera con Omán, en esta Ciudad Oasis de la Península Arábiga, Scocco capta la atención no sólo de la prensa argentina, sino también de la emiratí, que recuerda aquellos meses defendiendo los colores del emblemático equipo de la ciudad.
"El estadio ha cambiado. Para mí es algo bueno estar aquí de nuevo. Viví en esta ciudad y recuerdo a la gente. Cada partido lo jugábamos con las gradas llenas. En este país hay una gran afición", contó Scocco en inglés ante las preguntas de la prensa local desplazada al entrenamiento de River del sábado.
"Tengo lindos recuerdos de la gente de Emiratos. Me fui de aquí porque volví a Argentina para jugar en Newells Old Boys, pero sigo en contacto con gente de entonces. Después de volver a Argentina mantuve el contacto", relata.
Scocco tenía 26 años cuando llegó a los Emiratos Árabes Unidos en aquel 2011.
Había sido ya campeón con Newells, había pasado por el fútbol mexicano (Pumas UNAM, Toluca) y estaba jugando en Europa, en el AEK Atenas, con el que ganó la Copa de Grecia.
Al país heleno fueron a buscarle los dirigentes del Al Ain, que buscaban reflotar su proyecto tras años de decepciones para el único equipo emiratí que ha ganado la Liga de Campeones de Asia (2003).
A Scocco se le ofrecieron unas condiciones de lujo, incluyendo hoteles para los días de descanso en Abu Dabi y Dubai, las dos grandes ciudades del país, más cosmopolitas que Al Ain, situada en el desierto, en el interior del país.
Jugó apenas una veintena de partidos con el Al Ain, pero contribuyó a que el equipo pudiera reconquistar el título nacional y clasificarse para la Champions asiática.