El número tres del ranking mundial se impuso al estadounidense Tennys Sandgren en los cuartos de final, salvando siete match point. Ahora enfrentará a Djokovic.
La relativa facilidad con la que el jugador suizo ganó el primer set y, sobre todo, las dificultades del estadounidense para hacer valer su principal arma, el servicio, hicieron atisbar un partido sencillo para Federer.
Sin embargo, Sandgren cambió todas las previsiones tras apuntarse los dos siguientes asaltos por un doble 6-2 que dejó al veterano jugador suizo contra las cuerdas.
Ambos jugadores, conscientes de la delicadeza del momento, se centraron en conservar su servicio y mandar la resolución del partido al desempate, después de que Federer salvara tres pelotas de partido con el último juego al saque del estadounidense.
Cuatro oportunidades más desperdició el número cien de la clasificación ATP para que el campeón de veinte grandes se adjudicara el parcial en su segunda oportunidad por 7-6(8).
Sandgren no se rehízo del golpe moral tras no sentenciar ninguna de las siete pelotas de partido que tuvo y Federer, quien atravesó dificultades físicas tras la conclusión del cuarto set, se apuntó el quinto set por un cómodo 6-3, conformando que es el jugador con más presencias en semifinales en Melbourne Park (15)
“Hoy tuve una suerte increíble, fui mejorando mi juego a medida que avanzaba el partido y que disminuía la presión”, declaró Federer que salvó tres puntos de partido cuando perdía 5-4 y luego otros cuatro, tres de ellos consecutivos, en el tie-break de ese reñido cuarto set.
“Hoy no merecía la victoria, pero aquí estoy y evidentemente muy contento”, agregó Federer. “Solo me dije: creo en los milagros”, comentó al referirse al momento en el que la derrota parecía inevitable.
Tras la victoria del de Basilea, una nueva batalla contra el serbio Novak Djokovic se atisba en el horizonte, en semifinales, en el caso de que el balcánico se imponga en su duelo de cuartos de final al canadiense Milos Raonic.