A nivel global, Costa Rica lidera el ranking de países con la inflación más controlada, superando a naciones como Armenia, China, Brunéi y Tailandia, entre otras.
En un contexto global caracterizado por el aumento de precios y la incertidumbre económica, Costa Rica se destaca como una excepción notable al registrar la tasa de inflación más baja del mundo. Según datos recientes de Statista, la inflación costarricense se sitúa en apenas -0,26%, colocándose a la vanguardia de la estabilidad económica mundial.
Mientras que muchos países de América Latina enfrentan desafíos significativos debido a la inflación, Costa Rica ha logrado mantener un entorno financiero ordenado y predecible, gracias a una combinación de políticas fiscales prudentes, un control eficiente de la deuda pública y una gestión monetaria enfocada en la estabilidad. Además, su economía diversificada, que no depende de un número limitado de industrias, ha sido clave para amortiguar las fluctuaciones externas.
El manejo del tipo de cambio también ha jugado un papel crucial en la estabilidad económica, ya que ha permanecido relativamente constante en los últimos años. A esto se suman las reservas internacionales sólidas, que han ayudado al país a protegerse de las presiones inflacionarias globales. Este entorno favorable no solo beneficia a los sectores productivos, sino que también mejora el poder adquisitivo de los ciudadanos y ofrece previsibilidad en los precios.
A nivel global, Costa Rica lidera el ranking de países con la inflación más controlada, superando a naciones como Armenia, China, Brunéi y Tailandia, entre otras. Expertos señalan que esta estabilidad es el resultado de un enfoque económico responsable, que ha priorizado el desarrollo a largo plazo sobre las medidas populistas y cortoplacistas. Este éxito no solo posiciona a Costa Rica como líder en América Latina, sino también como un modelo a seguir para otras economías en desarrollo, consolidándose como una de las economías más resilientes del mundo.