Bajo el título "Desarmando el Gramsci Kultural", el presidente sostiene que "la raíz del problema argentino no es político y/o económico, es moral y tiene como consecuencias el cinismo político y la decadencia económica".
La controversia entre Javier Milei y Lali Espósito continúa, pero ahora el presidente ajusta su enfoque, centrando la crítica en el sistema que beneficia a los políticos.
Bajo el título "Desarmando el Gramsci Kultural", Milei sostiene que "la raíz del problema argentino no es político y/o económico, es moral y tiene como consecuencias el cinismo político y la decadencia económica".
El mandatario no menciona directamente a Lali Espósito, pero se distancia del conflicto personal, destacando que el problema radica en un sistema corrupto. Afirma que "este sistema está podrido y por donde se lo toca sale pus, mucha pus, muchísima".
Milei evita hacer referencia directa a la cantante y actriz, reconociendo que cuando se expone la hipocresía de los progres bienpensantes, estos recurren a respuestas emocionales y acusaciones falsas para defender sus privilegios.
En su crítica, Milei apunta a la asimetría de poder entre los ciudadanos y los políticos, pero también aborda la necesidad de llegar al déficit cero. Insta a los gobernadores a ajustar gastos, especialmente en festivales culturales innecesarios, como parte de su objetivo de eliminar los privilegios políticos y exponer los recursos utilizados para la propaganda política.
Al finalizar, Milei enfatiza que el problema no es una actriz como Lali Espósito, sino una arquitectura cultural diseñada para sostener el modelo político. Concluye destacando la necesidad de terminar con esta estructura cultural y lanzando una sutil chicana: "Sin embargo, muchos no la ven y no pueden disfrutar de esta clase aplicada".