Si todo sale según lo planeado por la ciudad china de Chengdu, para el año 2020 habrán enviado una luna artificial con la que planean sustituir a las farolas. Siendo así te puede surgir la duda, ¿qué ocurriría si la Tierra contara con dos lunas en vez de una?
Pensemos que en el mundo real, así es como nuestra Luna original ayuda a generar mareas. Por tanto, la segunda luna amplificaría el efecto. Causando mareas máximas que serían 6 veces más altas, erosionando las costas e inundando muchas de las ciudades más grandes del planeta, como Nueva York, Singapur o Londres.
Sin embargo, no toda la destrucción ocurriría en la Tierra. Ese tirón combinado del planeta y la luna original también daría un tirón a la segunda luna. La segunda luna quedaría atrapada en una batalla entre la Tierra y la luna original.
El movimiento gravitatorio hacia adelante y hacia atrás desde ambos extremos deformaría la superficie de la segunda luna y provocaría una monstruosa actividad volcánica, inundando la superficie de la segunda luna con ríos de lava al rojo vivo.
E incluso así, no es el final del espectáculo. En ese momento, nuestra luna se estaría alejando en espiral de la Tierra a una media de 3.8 cm al año. Al mismo tiempo, atrae a la Tierra ralentizando la rotación del planeta. Lo que en realidad está alargando nuestros días en alrededor de 1 segundo cada 40.000 años.
Puede que no parezca mucho, pero con dos lunas aceleraría aún más este proceso. En millones de años el día habría crecido un 16%, lo que supondría que el día dura más de 28 horas. Y aunque un poco de tiempo extra en el día puede sonar bien, aquí está el gran problema: la luna extra se desviaría hacia la Luna actual.
Siendo así, después de millones de años las dos lunas estarían destinadas a chocar irremediablemente. El impacto sería tan grande que desgarraría el núcleo de las lunas. La lava brotaría de su centro, algo así como un huevo que gotea en el espacio. Mientras tanto, los escombros saldrían disparados a gran velocidad, y algunos de ellos inevitablemente golpearían la Tierra, formando enormes cráteres de kilómetros de ancho.
No sólo eso, lo que no golpee al planeta quedaría atrapado por la gravedad de la Tierra. Formando una especie de anillo de escombros alrededor del ecuador. Algo similar a los anillos alrededor de Saturno, aunque no por mucho tiempo. En unos pocos años, esos trozos se agruparían formando un solo cuerpo gigante.
Llegados a este punto del apocalipsis, es posible que cualquier vida que haya sobrevivido a los eventos anteriores lo llamara… Luna.
Fuente: Gizmodo.com