Son ejemplares que, aunque impresos, ofrecen la portabilidad de los dispositivos móviles. Una tendencia que prueba suerte en distintos rincones del mundo. La palabra de los pioneros y un recorrido por el mercado.
Por Uriel Bederman
Las pantallas no pudieron matar al papel. Según la Cámara Argentina del Libro, en el mercado local sólo el 17% de la producción fue digital durante los primeros seis meses de este año, relación que es más o menos estable desde 2012.
Si bien el dominio del papel se repite a nivel global, es innegable que e-readers, audiolibros, smartphones y tablets influyen en los hábitos de lectura. Se producen y venden más libros impresos que e-books, aunque leemos (y mucho) en pantallas.
¿Cuáles son las armas de los libros para enfrentar el aluvión de dispositivos? ¿Qué respuestas ofrece a las preferencias de los lectores new age? Una movida editorial propone un camino interesante: libros de papel con el tamaño de un teléfono.
En Tecno te habíamos contado acerca de esta tendencia, que ahora impulsa la editorial Penguin Random House con su colección Mini, y también una startup llamada Mouse Books.
"Los jóvenes todavía están aprendiendo cómo les gusta leer. Esto es más cercano a una experiencia con un teléfono, aunque no deja de ser un libro”, dijo John Green, uno de los autores más leídos en Estados Unidos y que Penguin publicó en “mini”. En este sentido, desde la editorial sostienen los nuevos lectores aún prefieren el papel, aunque se sienten atraídos por la portabilidad.
¿El mercado editorial avanzará hacia la miniaturización? ¿Los móviles son el espejo de los libros, incluso para los que se mantienen firmes en el papel?
David Dewane, presidente de la startup Mouse Books Club, sostiene que el papel tiene muchas ventajas sobre los teléfonos. Una de ellas: es libre de distracciones. “Un smartphone permite acceder a cientos y cientos de libros, además de a periódicos, podcasts, correos, redes sociales... Los dispositivos electrónicos distraen mucho”, dice en diálogo con TN Tecno.
“La mejor literatura de todos los tiempos no dio el salto hacia los teléfonos".
El carácter offline del papel tiene sus beneficios. “Es cierto, no tenés en la mano 40 mil libros: es el lector solo con su librito. Pero un libro de papel no se queda sin batería y su pantalla nunca se rompe”, dice David un poco broma, un poco en serio.
La propuesta de Mouse Books es sencilla. Sus libros son 100% portables, caben en un bolsillo sin molestar, todos tienen 48 páginas, y los títulos están curados por especialistas. Toman lo mejor de los smartphones: la portabilidad. Pero no dejan de lado el papel ni la calidad de los textos.
“Por alguna razón, la mejor literatura de todos los tiempos no dio el salto hacia los teléfonos. Por eso decidimos hacer libros que tengan el tamaño de un smartphone”, explica.
A fin de cuentas, ¿cuáles son las estrategias que servirán a la causa del papel? Algunas claves: el tamaño, el peso, y la facilidad de traslado. Dicho de otro modo, el nuevo lector agradece la posibilidad de leer, incluso, en el subte a hora pico.
“En el mano a mano, el teléfono siempre va a ganar. Por eso, es una mejor idea avanzar de la mano de los smarpthones”, comenta Deware y concluye con otro argumento en favor de los impresos. Dice que los libros de papel son el regalo por excelencia. ¿Acaso podemos obsequiar un enlace de descarga? O mejor, ¿alguien apreciará que para su cumpleaños le regalemos un link?
Una vez más, la nostalgia podría ser el salvavidas del libro tradicional. Aunque esto no significa que éstos no tengan algo para aprender (o imitar) de los textos que brillan en una pantalla.