Los aviones convencionales dependen de una serie de superficies móviles, como flaps y alerones, para controlar el flujo de aire en las alas. MAGMA es un avión no tripulado que utiliza chorros de aire para maniobrar en vuelo.
El avión se probó con éxito el mes pasado. El primer vuelo de prueba, que tuvo lugar en el aeródromo de Llanbedr, al norte de Gales, demostró dos tecnologías de control de aire diseñadas para reemplazar flaps y alerones:
Los ingenieros de BAE Systems creen que su diseño resultará en aviones más fiables, pero también más sigilosos, ya que reduce la cantidad de huecos y bordes que hacen que un avión sea observable en el radar.