Desde dormir pocas horas hasta apagar el despertador quedándonos cinco minutos más, pasando por ver la tele o beber alcohol antes de irnos a la cama.
Desde pequeños, hemos recibido decenas de consejos para que durmamos bien: desde el vaso de leche calentita antes de acostarnos que nos iba a transportar inmediatamente al planeta de los sueños hasta el que asegura que no debemos cenar ni hacer nada de ejercicio al menos dos horas antes de irnos a la cama.
Ahora, un estudio de la Universidad de Nueva York ha investigado muchos mitos de los que tienen amplio consenso, revelando que lo que están logrando es todo lo contrario a su objetivo: no solo no ayudan a coger el sueño sino que están dañando nuestra salud, nuestro estado de ánimo e, incluso, están acortando nuestras vidas, al menos según los investigadores.
El primer mito que aparece en la investigación, que se ha publicado en la revista "Sleep Health", es el que hace referencia a las horas de sueño que son suficientes cada día. Según la creencia popular, dormir cinco horas al día es más que suficiente, y hay personajes populares como Angela Merkel o la expresidenta inglesa Margaret Thatcher que aseguraban dormir solo cuatro horas al día.
Sin embargo, tal y como señala la investigadora Rebecca Robbins a la BBC, “tenemos una amplia evidencia para demostrar que dormir cinco horas o menos de manera constante aumenta en gran medida los riesgos de sufrir consecuencias adversas para la salud". La cantidad recomendada oscila entre las siete y ocho horas diarias.
El segundo mito apunta a que roncar es inofensivo. Y, en efecto, puede no ser dañino en sí mismo, pero puede significar que hay un trastorno de la apnea del sueño. Consiste en que las paredes de la garganta se estrechan y relajan durante el sueño, llegando a detener brevemente la respiración. Esto puede provocar hasta un derrame cerebral o un ataque cardíaco, por lo que hay que estar atentos a las señales de advertencia como los ronquidos fuertes.
El mito de los cinco minutos más consiste en apagar el despertador y quedarnos un ratito más en la cama. Todos lo hemos hecho alguna vez, pero los investigadores aseguran que deberíamos levantarnos cuando suena la alarma, ya que nuestro cuerpo “volverá a dormir, pero será un sueño muy ligero y de baja calidad". Lo mejor es abrir las cortinas y exponerse a la luz del sol todo lo posible.
¿Quién no ha oído alguna vez que beber alcohol antes de acostarse aumenta el sueño? La doctora Robbins explica que el alcohol "puede ayudar a quedarse dormido, pero reduce dramáticamente la calidad del descanso esa noche". Es decir, es posible que ayude a dormir más fácilmente, pero a cambio se pierden los beneficios del sueño, como el descanso.
El alcohol puede ayudar a quedarse dormido, pero reduce dramáticamente la calidad del descanso
Otro mito moderno asegura que ver la televisión en la cama ayuda a relajarse. En este caso concreto, la doctora Robbins también está en contra: "A menudo, ver algunos programas de televisión como las noticias de la noche es algo que va a causar insomnio o estrés justo antes de ir a la cama, cuando intentamos apagarnos y relajarnos". Además, la luz azul, que también emiten las "tablets" y los móviles, tampoco ayuda a coger el sueño rápidamente.