El Gobierno salió al cruce de las críticas emitidas por Amnistía Internacional (AI) en relación al protocolo antipiquetes, tildado de "excesivo" en el uso de la fuerza policial durante manifestaciones.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue tajante en su respuesta: "No entienden nada, un país que hace 25 años que tenía piquetes, con la gente extorsionada, yendo para que le den un sueldo, presos de los gerentes de la pobreza", expresó en una entrevista con El Observador FM.

Bullrich agregó que el informe de AI era "fuera de lugar, ridículo" y cuestionó la postura del organismo, asegurando que se encuentra "del lado de los delincuentes" y que, en su opinión, AI tiene "pura ideología, la de proteger siempre a los victimarios". En ese sentido, apuntó que el organismo internacional está influenciado por una visión alejada de la realidad social argentina, y desafió: "¿Por qué no le preguntan a la sociedad si quiere seguir viviendo como vivió durante 25 años, donde los dueños de la calle eran los piqueteros, que le sacaban parte de su salario?".

Amnistía Internacional, en su informe titulado "Uso excesivo de la fuerza", denunció que las fuerzas de seguridad utilizaron balas de goma y gases lacrimógenos de forma indiscriminada, provocando lesiones graves a manifestantes. La ONG también criticó la persecución penal de los manifestantes, quienes fueron detenidos bajo acusaciones de "atentado" o "resistencia a la autoridad".