De las 27 fórmulas presentadas a nivel nacional, en la provincia sólo se votarían 16. Además, 7 agrupaciones llevan precandidatos a diputados nacionales y para el Parlasur. Casi 1.5 millones de mendocinos están habilitados para votar, pero hay dudas sobre la participación.
La gran pregunta que circula en los comandos electorales y entre analistas políticos (y que será determinante del resultado final y en la legitimidad de los que sean electos) es cuántos de los que pueden ir a las urnas terminarán yendo a ejercer su derecho. A la luz de los resultados provinciales que se vienen dando, el nivel de ausentismo resulta llamativamente elevado.
El clima social no parece ser el mejor para ir a votar. Desaliento, decepción e incluso bronca, son parte del coctel que alimenta el abstencionismo y también a las opciones más estridentes. Incluso habría que seguir atentamente el efecto de los últimos crímenes violentos en Provincia de Buenos Aires, que podrían alimentar más la bronca social.
En esta elección no habrá boleta única, como si sucedió en la PASO de cargos provinciales de junio pasado. El votante volverá al tradicional cuarto oscuro y a las conocidas listas sábanas.
El casi millón y medio de mendocinos empadronados podrán dirimir las internas de los precandidatos presidenciales. Además, seleccionar a los candidatos a diputados nacionales que competirán en la general por alguna de las cinco bancas mendocinas que se renuevan este año. Además también se elegirán representantes al intrascendente parlamento del Mercosur.
El último foco está puesto sobre La Libertad Avanza, lista encabezada por el economista Javier Milei, secundado por la diputada nacional Victoria Villarruel como vice. En este espacio no habrá competencia: teniendo en cuenta el crecimiento que ha tenido su figura en las consideraciones populares, el interés es cuántos votos saca y qué tan bien posicionado queda para la general de octubre.
Entrando en el terreno de las especulaciones, hay quienes afirman que Milei tiene chances de ser el ganador en Mendoza, justamente por el nivel de desencanto que genera el fracaso de la “casta” para resolver los problemas.
La otra interna de las PASO es la del Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad, entre la fórmula del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) Myriam Bregman - Nicolás del Caño y la fórmula conformada por Gabriel Solano (del Partido Obrero) y Vilma Ripoll (del Movimiento Socialista de Trabajares).
A nivel nacional hay 27 fórmulas presidenciales, entre las que están incluidas las ya consignadas. Entre las caras conocidas podemos incluir en el listado al gobernador de Córdoba Juan Schiaretti (con el ex ministro Florencio Randazzo como vice en el frente Hacemos por Nuestro País) o a Guillermo Moreno, ex secretario de Comercio de Néstor y Cristina Kirchner (Frente Principios y Valores).
Sin embargo, en Mendoza hay 11 espacios que podrían no tener presencia en el cuarto oscuro. Se trata de espacios “chicos”, que no entregaron boletas testigos a la Justicia Federal electoral de Mendoza para su sellado.
Las boletas testigos sirven para que las autoridades de mesa puedan convalidar la autenticidad de las que traen los fiscales y las que se encuentran en el cuarto oscuro para el ejercicio del voto, por eso son selladas con antelación por la Secretaría Electoral. Cada mesa debe contar con dos ejemplares, los diferentes espacios debían entregar 8.714 boletas para cubrir las 4.357 mesas.
El 2 de diciembre de 2009, el Congreso nacional sancionaba la ley 26.571, que introducía las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Era un proyecto del kirchnerismo elaborado a la luz de la derrota electoral que habían sufrido los candidatos del Gobierno nacional en junio de ese año, con el objetivo de ordenar la interna del peronismo y evitar las fugas.
El sistema debutó en 2011 para seleccionar cargos nacionales, pero no hubo competencia interna en ninguno de los frentes. En 2013, en Mendoza hubo PASO para elegir candidatos a diputados nacionales en tres fuerzas: en la UCR, Julio Cobos le ganó la interna a Fernando Armagnague; en el PD-Pro Luis Rosales le ganó a Carlos Aguinaga y a Eduardo Difonso; y en el Frente Amplio Progresista, compulsa en la que se impuso Alberto Montbrun a Gustavo Gutiérrez.
En 2015 el Frente para la Victoria fue con fórmula única: Daniel Scioli-Carlos Zannini. La gran PASO fue la que definió el presidente de Cambiemos, en la que Mauricio Macri se alzó con la victoria ante Elisa Carrió y el mendocino Ernesto Sanz.
Ese año hubo primaria en Unidos por una Nueva Argentina, en la que se impuso la fórmula compuesta por Sergio Massa y el actual gobernador de Salta Gustavo Sáenz, que le ganó a la fórmula José Manuel de la Sota-Claudia Rucci.
También hubo primaria en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores; la fórmula ganadora fue Nicolás del Caño-Myriam Bregman (hoy compiten los mismo nombres en distinto orden), que se impuso a la dupla Jorge Altamira-Juan Carlos Giordano.
A nivel provincial hubo otras disputas ordenadas por PASO, pero es parte de otra historia.