En diálogo con medios locales, Roland Russell expresó su profunda conmoción: "Era una familia normal, sonreían todo el tiempo. Nunca les vi ningún problema, los vi siempre felices", aseguró.
Roland Russell, el profesor de inglés que daba clases a Laura Leguizamón, Adrián Seltzer y su hijo mayor Ian, habló públicamente tras conocerse la tragedia en Villa Crespo, donde Leguizamón asesinó a su esposo y a sus dos hijos para luego quitarse la vida.
En diálogo con medios locales, Russell expresó su profunda conmoción: "Era una familia normal, sonreían todo el tiempo. Nunca les vi ningún problema, los vi siempre felices", aseguró.
El docente, que vivió muchos años en Estados Unidos y regresó a Argentina por un problema familiar, explicó que conoció a Laura cuando ella vio un testimonio suyo en redes y decidió contactarlo para ofrecerle trabajo. Primero le dio clases a ella y a Adrián, y más adelante a Ian, el adolescente de 15 años.
"Cuando vi lo que pasó en las noticias, me pegó fuerte. Yo nunca vi nada raro", confesó Russell, visiblemente afectado por lo ocurrido.
Uno de los focos estuvo puesto en el último posteo de Instagram de Laura Leguizamón, presunta autora de los crímenes. Allí, la mujer relató una escapada familiar a Mar del Plata durante los primeros días de marzo, antes del inicio del ciclo lectivo en el colegio ORT, donde asistían sus hijos.
Durante la entrevista, compartió audios de WhatsApp enviados por Leguizamón que mostraban un tono cordial y sereno, lejos de cualquier signo de alarma.
"El sábado pasado tuvimos un problema, perdón que nadie te avisó. Pero este sábado seguro. Así que yo me encargo, no te preocupes", se escucha en uno de ellos.
En otro mensaje, Laura le ofrecía ropa y libros con amabilidad: "Dale, listo. Son un montón de libros y después es algo de ropa, que es talle XL y quizás te puede servir. Bueno, gracias", decía con voz tranquila.
Los testimonios como el de Russell refuerzan el desconcierto general en torno al caso, donde la aparente normalidad de la familia contrasta de manera brutal con la violencia del desenlace. Mientras tanto, la Justicia continúa analizando pruebas como el celular de Laura, la carta hallada en la escena y su historial médico para intentar reconstruir qué motivó la masacre.