Las autoridades advierten de que la situación va a empeorar y alertan del riesgo de enfermedades como el cólera, la malaria y la diarrea.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) ha confirmado la muerte de 293 personas al paso del ciclón Idai en Mozambique, donde 1,8 millones han resultado afectadas, la mitad de ellas niños.
Frente a lo anunciado este viernes por la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), la ONU ha estimado que todavía no existen casos de cólera confirmados, pero ha avisado el riesgo es elevado y al menos dos ríos corren peligro de volver a acabar desbordados, lo que incrementaría todavía más el peligro de aparición de la enfermedad.
Además, muchas zonas continúan siendo inaccesibles, por lo que Naciones Unidas, y en particular la OCHA y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) creen que las cifras reales podrían ser mucho mayores. "La situación empeorará antes de empezar a mejorar", ha explicado la alta comisionada de UNICEF, Henrietta Fore. "Las agencias de ayuda apenas están empezando a ver la dimensión de los daños. Pueblos enteros han quedado sumergidos, hay edificios derrumbados y escuelas y centros de salud están destruidos".
UNICEF mantiene la preocupación porque las inundaciones, junto con la masificación de los refugios, una higiene insuficiente, las aguas estancadas y las fuentes de agua contaminadas están poniendo a la población en riesgo de enfermedades como el cólera, la malaria y la diarrea.
Según las evaluaciones iniciales en Beira, uno de los lugares más sacudidos, más de 2.600 aulas han quedado destrozadas, y 39 centros de salud están afectados. Al menos 11.000 casas están totalmente destruidas.
El ciclón Idai comenzó como una depresión tropical en Malaui, donde las familias huyeron de sus hogares y se refugiaron en iglesias, escuelas y edificios públicos. Cerca de medio millón de niños están afectados. Tras Mozambique, el ciclón pasó por Zimbabue, donde causó importantes daños en escuelas y sistemas de agua.
"Los equipos de UNICEF están en el terreno en los tres países ayudando a los niños a aprender, jugar y curarse, pero nuestros recursos están desbordados. Inicialmente necesitamos 30 millones de dólares (26,5 millones de euros) para la primera fase de la respuesta, por lo que pedimos a nuestros donantes públicos y privados que sean generosos con los miles de niños y familias que necesitan apoyo", ha declarado Fore.