Un científico comentó cuál podría haber sido la causa de que el submarino implosionara.
Luego de una intensa búsqueda en la que participaron varias naves, ayer se confirmó que el submarinoTitan implosionó y sus cinco tripulantes murieron. Si bien no se conoce del todo qué factores llevaron al final del sumergible, el director de operaciones de la base subacuática Aquarius en Florida comentó que lo ocurrido con la nave fue el resultado del "lento y gradual debilitamiento del material de la cámara".
"Basado en los escombros que se encontraron, lo que aparentemente ocurrió fue que la cámara de presión del sumergible no sostuvo a esas profundidades la alta presión, de hasta 5.800 libras (2.633 kilos)", lo que causó una "implosión instantánea", subrayó García, oficial de seguridad de buceo de la Universidad Internacional de Florida (FIU).
"Puede ser que, desafortunadamente, esta vez la cámara de presión no dio más. Pero esperamos que la investigación oficial pueda dar las respuestas que las familias necesitan". "La tripulación no tuvo tiempo ni de pensar en lo que estaba pasando", agregó.
En el vehículo viajaban el empresario paquistaní Shahzada Dawood con su hijo Suleman; el explorador británico Hamish Harding; el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y el consejero delegado de la firma OceanGate, Stockton Rush.
"Aunque (el Titán) ya había ido a esas profundidades anteriormente, cada vez que se sumergía la presión pudo debilitar el material de la cámara, gradualmente", comentó García quien es buzo y posee más de 20 años de servicio en la Marina Estadounidense.
La diferencia de presión es tanta a esas profundidades que "pudo causar un fallo catastrófico en la estructura de la cámara de presión del sumergible". Si bien es muy difícil determinar todavía con exactitud cuándo y cómo ocurrió este fallo catastrófico, García precisó que, de no ser una implosión la causa, "el oxígeno disponible no es el problema" real.
El problema, en este segundo escenario de una posible pérdida de energía a bordo, sería el dióxido de carbono, ya que un nivel de este gas que alcance el 10 % es muy tóxico y resulta letal, explicó.
Sobre el sumergible, también comentó que "siempre hay riesgos" y que al momento de su construcción "hay muchas variables en término de construcción y procedimientos de certificación que deben ser evaluados".
García comentó que el laboratorio subacuático de Aquarius, a 19 metros de profundidad, "fue construido siguiendo las leyes federales de cámaras de presión" y tiene inspecciones todos los años y una especial cada tres. "No sabemos qué hicieron en este caso", dice en referencia al Titán, pero este siniestro llevará a "revisar cómo se construyen estos sumergibles y el tipo de inspecciones", agregó.
Los peligros a los que se sometieron los tripulantes de Titán son los mismos a los que se enfrentan quienes trabajan en Aquarius solo que a menor profundidad. "Se puede perder la comunicación, puede entrar agua a la cámara de presión, una implosión, una explosión, un fuego, se puede perder el oxígeno, el dióxido de carbono puede subir a niveles tóxicos", ejemplificó.
En ese sentido, el Aquarius, dependiente de FIU, es como un submarino o sumergible, "pero no se mueve", un laboratorio estacionario en el fondo del mar donde "podemos entrenar a personas y brindarles la experiencia de estar dentro de un sumergible", además de instruir sobre "los problemas que puedan pasar dentro de un sumergible y las leyes de construcción" de estos vehículos.
"Por eso es tan importante tomar en cuenta esas variables al diseñar y construir un sumergible", advierte.