El objetivo de Frontex es 'que los solicitantes de asilo no puedan llegar a Europa', concluyen periodistas especializados en investigar devoluciones en caliente de migrantes en reunión con eurodiputados.
"Es un sistema que se ha creado no para salvar a las personas sino para asegurarse de que los solicitantes no puedan llegar a Europa”, afirmó ante la Eurocámara el reportero holandés Klaas van Dijken, director del proyecto de periodismo colaborativo Lighthouse Reports. A finales del mes pasado, el PE aplazó la aprobación de las cuentas de la agencia europea de fronteras a la espera de que esta aporte aclaraciones adicionales sobre algunos asuntos, incluida su supuesta complicidad en devoluciones de migrantes.
Van Dijken investigó el año pasado sobre cómo la agencia europea de fronteras participó en supuestas devoluciones en caliente a Libia, una zona conflictiva de la que los migrantes "quieren huir”, pero los guardacostas libios "impiden que las personas crucen las aguas”.
Según las pesquisas del periodista, los buques comerciales de la agencia "casi nunca” van a rescatar a los solicitantes. En contra, suelen acudir los guardacostas libios, "que se acercan para impedir que sigan su camino”, a pesar de que la Unión Europea "no tiene derecho a permitir a los libios que intercepten a los solicitantes”.
Por su parte, el periodista Steffen Lüdke, de la revista alemana "Der Spiegel", relató unos hechos acontecidos la noche del 18 de abril de 2020 en la que se produjo una devolución en caliente y una consecuente "violación de derechos fundamentales”, denunció. Una patrullera griega, al norte de Lesbos, interceptó una lancha de goma con emigrantes y Frontex observó "cómo se empujaba a la lancha hacia las costas turcas” y así se lo comunicó al centro de Varsovia, sede de la agencia.
La agencia fue testigo de cómo los patrulleros sacaron a los solicitantes de asilo de la lancha, los embarcaron en el buque griego y, más tarde, los pusieron de vuelta en la lancha que no tenía motor, "dejándoles a la deriva”, dijo.
"Todo está documentado en un informe de Frontex. Ningún buque turco estaba alrededor. Solo los buques de los guardacostas”, agregó, y la agencia "no lo consideró como una violación de derechos humanos”. El presidente de la delegación socialista española en el PE, Javier Moreno, señaló en su intervención que es importante que Frontex "no devuelva a los inmigrantes, sino que se establezca un protocolo de salvamento marítimo” que garantice el respeto de los derechos humanos. El eurodiputado español exigió que, "si ha habido errores, se asuman responsabilidades por parte de quienes los hayan cometido”.
La directora del grupo de estudio de Frontex del PE, la diputada popular Roberta Metsola, recordó que la pandemia de la covid-19 "ha complicado las cosas" para avanzar con su labor, pero prometió "seguir ejerciendo presión”.
Añadió, además, que la Eurocámara no cuestiona "el estatus de la agencia”, sino que se limita a estudiar los incidentes que se han ido denunciando "a través de un proceso consensuado entre todos los grupos políticos”.
jov (efe, tagesschau24)
En la noche del miércoles, hubo incendios en varios lugares del campamento de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos. Por lo tanto, existe la sospecha de que los fuegos fueron iniciados deliberadamente. Algunos residentes del campamento hablaron de un incendio provocado por los pobladores. Pero también hay informes según los cuales los refugiados mismos podrían haber provocado las llamas.
Los habitantes del campamento de refugiados, totalmente superpoblado, pudieron salvarse, Al parecer no hubo ni muertos ni heridos. Según los medios de comunicación griegos, mucha gente huyó a las colinas y bosques cercanos al campamento. Según los informes de los trabajadores de rescate, miles de personas deambulan por las calles. No hay comida ni agua, y las condiciones son caóticas.
Moria fue diseñado para 2800 personas. En el momento en que todo se incendió, sin embargo, alrededor de 12.600 refugiados vivían allí. Las condiciones de vida en el campamento de refugiados se consideraban catastróficas mucho antes del incendio. Las imágenes tomadas después del desastre muestran que una vida digna probablemente ya no será posible allí en un futuro cercano.
El campamento de refugiados de Moria está situado en el este de la isla griega de Lesbos. La distancia con la costa turca es de unos 15 kilómetros. Lesbos es la tercera isla de Grecia en cuanto a su tamaño, y tiene unos 90.000 habitantes. Alrededor de 38.000 personas viven en la capital, Mitilene, que queda a sólo unos pocos kilómetros de Moria.
Quien quiera ver el campamento de refugiados de Moria desde el aire en Google Maps, no lo logrará fácilmente. El campamento entero es allí irreconocible. A petición de DW, la única información que se obtuvo del gigante informático fue que "Google no manipula imágenes de satélite". Pero apuntaron a proveedores que producen las imágenes de satélite. No queda claro por qué el campamento fue pixelado.
Esta fotografía aérea, de la cual elegimos un sector similar, muestra que el entorno se ha ampliado considerablemente. Mientras que en la foto satelital de Google Maps la casa con el techo rojo todavía estaba completamente libre, aquí parece haber sido gradualmente rodeada por el campamento.
Las imágenes de "Street View" de la zona, en la foto, fueron tomadas en diciembre de 2011. En ese momento, el campamento de refugiados no existía todavía. En su lugar había una vieja instalación militar. Las personas solicitantes de asilo comenzaron a registrarse en ese sitio a partir de octubre de 2015, antes de ser trasladados al continente griego.
Mientras que, en ese momento, los migrantes sólo se quedaron por poco tiempo -esta foto fue tomada en octubre de 2015- el acuerdo entre la UE y Turquía de marzo de 2016 amplió considerablemente la duración de su estadía. Desde entonces, las personas que solicitaron asilo han estado esperando aquí para ser repartidos en otros estados de la UE, o para ser deportados.
En virtud del acuerdo entre la UE y Turquía, ya no se puede trasladar a las personas migrantes a Grecia continental. Dado que los países de la UE están divididos en cuanto al número de migrantes que cada país acoge, a veces estos permanecen en el campamento durante un largo tiempo. Personas de diversas nacionalidades hacinadas en un área pequeña: no es extraño que surjan tensiones.
Las tensiones ya estallaron en septiembre de 2016 en violentos enfrentamientos en los que se produjeron incendios. En ese momento "solo" había unos 3.000 migrantes en el campamento. Grandes partes de Moria fueron destruidas. Solo un mes después, varios cientos de inmigrantes prendieron fuego a los contenedores de la autoridad de asilo de la UE, en protesta por el largo tiempo de tramitación.
En septiembre de 2019 se produjo otro gran incendio. En ese momento, primero se incendió un olivar hacia el cual se había extendido el campamento. Veinte minutos más tarde, otro incendio estalló dentro del campamento fortificado. Este incendio se cobró dos vidas: la de una mujer y la de su bebé. En ese momento ya había más de 12.000 personas en el campamento de refugiados.
Un campamento completamente superpoblado, pésimas condiciones higiénicas y médicas, tensiones étnicas y, como si es fuera poco, recientemente surgieron los primeros casos de COVID-19. Una situación catastrófica. Y eso fue antes del incendio. ¿Es esto el apocalipsis inminente o tal vez el punto de partida para una solución más humana? Hasta ahora, nadie puede, o quiere, responder a esa pregunta.
Autor: Marco Müller