Más de un centenar de personas murieron hoy en más de 40 localidades de Myanmar, en la jornada más letal y masiva de protestas contra el golpe de Estado y en la que el Ejército hizo una exhibición de su poder al celebrarse allí el día de las Fuerzas Armadas.
La cifra exacta de fallecidos es difícil de precisar por la falta de información oficial y los cortes en las comunicaciones que imponen las autoridades militares para intentar mitigar las manifestaciones.
Un recuento emitido por un investigador independiente en Yangón, la ciudad más grande del país, que estuvo recopilando información desde el golpe habla de 107 muertos, mientras que el portal de noticias Myanmar Now menciona 114.
Estas cifras implican que solo en las últimas horas habrían muerto el equivalente a una tercera parte del total aproximado de 320 fallecidos que había hasta ayer según los registros de la ONG local Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP).
El balance de fallecidos y de detenidos (cerca de 3.000) podría ser muy superior, ya que cientos de personas arrestadas permanecen desaparecidas.
El país asiático vive sumido en una profunda crisis desde que los militares depusieron al Gobierno civil de Aung San Suu Kyi en un golpe el 1 de febrero, tras el que se desencadenó una gran revuelta para pedir el retorno de la democracia.
La violenta represión hoy de las fuerzas de seguridad, acusadas de utilizar munición real para disipar las protestas prodemocracia, coincidió con el desfile militar que se organiza cada año con motivo del día de las Fuerzas Armadas.
Miles de soldados, tanques, misiles y helicópteros desfilaron en una gran explanada en Naipyidó, la capital administrativa, frente a los generales y sus escasos invitados, entre ellos las delegaciones rusa y china, países que no condenaron el golpe, informó la agencia de noticias AFP.