Cada vez la ciencia escarba más en la importancia de la higiene del sueño. Un nuevo estudio de la Universidad de Michigan ha encontrado un vínculo entre los patrones de descanso interrumpidos y un mayor riesgo de mal humor y depresión. #dormir #salud #sueño
Cada vez la ciencia escarba más en la importancia de la higiene del sueño. Un nuevo estudio de la Universidad de Michigan ha encontrado un vínculo entre los patrones de descanso interrumpidos y un mayor riesgo de mal humor y depresión.
A estas alturas cada vez disponemos de más evidencias sobre la relación entre dormir mal y diversas enfermedades y problemas como el cáncer, la diabetes, accidentes cardiovasculares e incluso reducción de la esperanza de vida. Dormir entre 7 y 9 horas al día, hacerlo en una habitación que reúna las condiciones óptimas -fresca, seca, oscura, limpia y tranquila- o abstenerse de utilizar pantallas inteligentes antes de meterse en cama son algunas recomendaciones respaldadas por la investigación científica.
Ahora, un nuevo estudio de médicos residentes de primer año revela que a mayor variación en la hora de despertarse y dormir, peor estado de ánimo y mayor probabilidad de síntomas de depresión. La investigación se basó en la medición directa de los tiempos de sueño y los estados de ánimo de 2115 médicos durante el transcurso de su primer año de capacitación.
Los resultados arrojan que los sujetos con patrones de sueño variables eran más propensos a reportar estados de ánimo más bajos y puntajes más altos en los cuestionarios para síntomas de depresión. "Estos hallazgos destacan la consistencia del sueño como un factor subestimado para atacar la depresión y el bienestar", dice el neurocientífico Srijan Sen, de la Universidad de Michigan.
Los tiempos de sueño variable fueron un factor tan importante para aumentar el riesgo de sentirse deprimido como la falta de sueño en general, lo que sugiere que mantenernos sincronizados con nuestros ritmos circadianos es tan importante para nuestra salud mental como dormir la cantidad suficiente de horas.
Cabe destacar que la muestra del estudio no es representativa de la población general, ya que la edad promedio se situaba en 27 años y el nivel y exigencia de trabajo de este sector es muy elevado. Dormirr más horas en total, levantarse un poco más tarde e irse a la cama más temprano, así como seguir un patrón de sueño más reglamentado, tendían a mejorar el estado de ánimo de los participantes.
Los datos se recopilaron mediante el uso de dispositivos portátiles de seguimiento del sueño, aplicaciones para teléfonos inteligentes y encuestas a voluntarios. "La avanzada tecnología portátil nos permite estudiar los factores conductuales y fisiológicos de la salud mental, incluido el sueño, a una escala mucho mayor y con mayor precisión que antes, lo que nos abre un campo emocionante para explorar", dice el neurocientífico Yu Fang, del Universidad de Michigan.
El equipo quiere ahondar más en la influencia que tienen varios aspectos de la higiene del sueño sobre el bienestar individual. Sus conclusiones actuales respaldan investigaciones previas que sugieren que ignorar nuestros ritmos circadianos puede dañar nuestro estado de ánimo y aumentar el riesgo de depresión con el tiempo.
Los próximos pasos que centrarán la atención de este equipo de la Universidad de Michigan pasan por estudiar a segmentos de la población que no necesariamente tienen un control total sobre cuándo se van a la cama, cuándo se despiertan y cuántas horas de sueño tienen entre ellas, como los padres de niños pequeños.
La investigación ha sido publicada en npj Digital Medicine.
Fuente | Science Alert