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Decenas de ballenas varadas por segunda vez en Nueva Zelanda

Nueve ballenas de un grupo de 49 murieron el lunes durante el primer varamiento cerca de Farewell Spit, el arenal natural más largo del mundo donde sucedió el recurrente fenómeno.

Martes, 23 de Febrero de 2021
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Decenas de ballenas que habían sido salvadas por equipos de rescate, quedaron varadas por segunda vez cerca de Farewell Spit, el arenal natural más largo del mundo, situado al noroeste de la Isla Sur de Nueva Zelanda, informaron fuentes oficiales este martes (23.02.2021)

De los 40 ejemplares de ballenas piloto ("Globicephala melas") llevadas a mar abierto por los equipos de rescate, al menos 28 volvieron a quedar varadas y siguen con vida, mientras que se desconoce qué ha sucedido con el resto, publicó hoy en Facebook el Ministerio de Conservación neozelandés.

Desde el inicio de la presente jornada, los equipos de expertos en medicina de animales marinos y voluntarios buscan reagrupar a las ballenas para liberarlas en conjunto en el mar.

Un fenómeno inexplicable

Las autoridades informaron la víspera que nueve ballenas de un grupo de 49 habían muerto en el primer varamiento. Un fenómeno similar ocurrió a fines de noviembre de 2020.

En 2017 unas 700 ballenas, de las cuales 250 murieron, se quedaron varadas en Farewell Spit, un arenal de 34 kilómetros de largo situado en la turística zona de Golden Bay.

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Noruega: Las ballenas vuelven

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Noruega: Las ballenas vuelven

El mayor varamiento de cetáceos ocurrió en 1918 en las Islas Chatham, a unos 800 kilómetros de la costa sureste de Nueva Zelanda, cuando unas mil ballenas piloto se quedaron varadas en ese remoto lugar.

Los científicos aún no han podido explicar por qué en ocasiones las ballenas se desvían de sus rutas y se quedan varadas en aguas de poca profundidad, aunque se baraja la posibilidad de que se extravíen atraídas por contaminación de ruido o guiadas por un cabeza de grupo desorientado.

gs (efe, ap, dpa, reuters)

  • Una bandada de charranes sobrevolando el mar.

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    De polo a polo

    Los animales migran para evitar los duros inviernos, pero el charrán ártico, un verdadero amante del sol, lleva esta estrategia al extremo. Esta pequeña ave vuela entre el Ártico y el Antártico para disfrutar de dos veranos y más horas de luz que cualquier otro animal. Con un viaje de ida y vuelta de unos 35.000 km., el charrán ártico rompe todos los récords de distancias migratorias recorridas.

  • Un salmón nadando contra la corriente.

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    Un viaje agotador

    Si el charrán ártico se lleva el premio a la distancia, el salmón merece un reconocimiento por su esfuerzo. Los huevos eclosionan en el río y cuando los peces crecen nadan torrente abajo para llegar al mar. Pero el trabajo duro viene cuando luchan contra la corriente y saltan incluso cascadas para regresar a casa a desovar. Pero osos, águilas y pescadores los esperan cuando se acercan a su meta.

  • Un gran número de murciélagos volando, con el cielo azul de fondo.

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    Excursionistas de medianoche

    De día, los murciélagos de la fruta cuelgan de los árboles. Pero tan pronto anochece, se elevan por el aire viajando hasta 180 kilómetros y dispersan semillas y polen mientras se alimentan. Dependiendo de la estación, también cubren mayores distancias, a menudo en grandes grupos. En otoño se reúnen unos diez millones de murciélagos frugívoros en el Parque Nacional de Kasanka, en Zambia.

  • Una ballena saltando fuera del agua.

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    Spa para la piel

    Muchas ballenas cazan en las regiones polares, pero también pueden viajar 18.000 kilómetros al año para llegar a aguas más cálidas. Los científicos creen que prefieren parir en los trópicos. Pero nuevos estudios sugieren que podrían estar migrando por el bien de su piel. Las ballenas mudan de piel y las aguas más cálidas podrían facilitar este proceso. Esta limpieza reduce el riesgo de infección.

  • Un gran número de mariposas monarcas naranjas y negras volando alrededor de un árbol.

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    Tour real

    Es difícil imaginar a una criatura tan pequeña y frágil emprendiendo viajes migratorios épicos. Y aún así, la mariposa monarca puede viajar hasta 3.000 kilómetros. En verano, se sienten como en casa en las regiones del norte de EE.UU., pero cuando las temperaturas caen se dirigen al sur, a California o México. El hecho de dormir juntas en gran número les ayuda a mantenerse calientes todo el año.

  • Una tortuga laúd en la playa.

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    El tercer ojo

    Las tortugas laúd recorren hasta 10.000 km., desde Canadá hasta el Caribe y desde Alaska hasta Indonesia. Viajan desde las zonas ricas en su comida favorita, las medusas, hasta las playas donde se reproducen. Los científicos creen que una mancha rosada en la parte superior de su cabeza es sensible a la luz y envía una señal a la glándula pineal para que emprendan el viaje en el momento adecuado.

  • Una manada de ñus levantando columnas de polvo a su paso.

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    Siguiendo a la manada

    La migración masiva de los ñus a través de las llanuras africanas es quizá el mayor espectáculo del planeta. Su ruta lleva a 1,5 millones de ñus a viajar a través de la zona del Serengueti-Mara en busca de agua y comida. Cebras, gacelas y otros animales de pastoreo se unen a ellos para cruzar ríos llenos de cocodrilos y esquivar a leones y otros animales salvajes. La manada ofrece protección.

  • Un grupo de pingüinos emperador cría y adultos.

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    Comida lenta

    Famoso por su devoción paternal, el pingüino emperador pone su huevo a unos 100 km. del océano Antártico. Madre y padre deben turnarse para viajar a través del hielo, alimentarse de peces y regresar con el estomago lleno de comida para alimentar a sus crías. Su pareja, mientras tanto, pasa hambre durante semanas para mantener caliente al polluelo. De otra manera moriría de frío en pocos minutos.

    Autor: Ruby Russell


Fuente: DW