David Cameron se unió a May, Major, Blair y Brown en los pedidos en contra de una ley que reescribe los pactos acordados con la UE.María Laura Avignolo
Una gran rebelión, encabezada por los propios legisladores Brexiteers, se amplía en la Cámara de los Comunes británica para evitar que sea votada este lunes la ley que reescribe el acuerdo de divorcio con la UE y viola la ley internacional.
El ex primer ministro David Cameron se convirtió en el quinto premier en expresar su preocupación porque “la ley de mercado interno”, con la que pretenden reemplazar el Acuerdo de Salida de la UE, viola la tradición británica de respetar el estado de derecho, que la nueva legislación admite abiertamente que lo hace.
Sir Keir Starmer, el líder laborista, que debía atacar la ley en el recinto con su capacidad de minucioso ex procurador, está aislado porque hay coronavirus en su casa. El objetivo del gobierno de Boris Johnson es sentar las bases para una partida sin acuerdo de la UE.
Otros tiempos. David Cameron (der.) y Boris Johnson, en Harrow, Londres. Foto: Reuters (archivo)
“Pasar un Acta del Parlamento y después romper las obligaciones de un tratado internacional es la última, realmente última cosa que usted debe contemplar. Yo tengo recelos sobre lo que se ha propuesto”, anunció el conservador David Cameron, antes de que comience el debate en la tarde del lunes.
Un proceso que va a culminar con una votación por la noche. Luego el debate continúa martes y miércoles, antes que pase a la Cámara de los Lores, donde puede ser obstruido por los propios lores Brexiteers y conservadores.
Así Cameron se sumó a los ex primeros ministros conservadores Theresa May, John Major, el laborista Tony Blair y Gordon Brown en expresar su preocupación con la decisión de Boris Johnson y su asesor, Dominc Cummings, de reescribir el tratado de divorcio, que su propio gobierno aceptó.
Boris Johnson, rumbo al Parlamento. Foto: AFP
Pero pone en riesgo la paz en Irlanda del Norte, al imponer de facto una frontera entre Irlanda del Norte y el sur. La consecuencia inmediata puede ser que Irlanda decida unirse entre el norte y el sur como consecuencia y la ley acelere la desintegración del reino.
El objetivo de Boris Johnson es sentar las bases para una partida sin acuerdo de la UE y utilizar las reglas de la Organización Mundial de Comercio para el trading. Su objetivo pone en peligro el protocolo de Irlanda del Norte y la no frontera, que se había conseguido con el acuerdo con la UE, con la ex convulsionada provincia ,que aun es parte del mercado único europeo.
Boris Johnson quiere que sea “una discreción de los ministros británicos” otorgar “ayuda estatal a los bienes” que pueden atravesar la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, a la que convierte en un borde verdadero, que evita el actual acuerdo. Su decisión desestabiliza la tan difícil paz conseguida en el acuerdo del Viernes Santo, tras una guerra civil religiosa que dejó 3200 muertos en el Ulster.
Manifestantes anti Brexit protestan en Londres. Foto: AP
Pero por sobre todo, la decisión viola la legislación internacional y mina la credibilidad de estado de derecho británico, que es la base de su fundación. La UE considera que el acuerdo del Brexit es “inmodificable” y amenaza con sanciones y llevar el caso a la Corte de Justicia Europea.