Otros 800 integrantes de la caravana de migrantes centroamericanos llegaron hoy la ciudad mexicana de Tijuana, situada en la frontera con Estados Unidos, lo que provocó la saturación de los albergues y refugios de la localidad fronteriza.
En las próximas horas, se espera la llegada del resto de los 5.500 miembros de esta caravana, compuesta en su mayoría por hondureños, pero también salvadoreños y guatemaltecos, la primera de tres que ingresaron a México desde Guatemala por el estado de Chiapas el 19 de octubre.
La llegada de este nuevo contingente desbordó los centros de acogida de la ciudad, que se encuentran al límite de sus capacidades, y para recibirlos fue necesario habilitar un gimnasio donde también se alojarán los que vayan llegando.
Ante esta situación, algunos migrantes tuvieron que acomodarse en un parque frente al Pacífico ubicada entre una vieja plaza de toros y una valla fronteriza coronada de alambres de púas que se adentra en el mar.
Esta situación provocó incidentes con los vecinos, que les exigieron abandonaran el sitio.
"¡Qué no lleguen más, que no lleguen más! Ya no cabemos en Tijuana", se quejaban los habitantes, quienes anunciaron una marcha de protesta para este domingo.
Algunos de los recién llegados se subieron a la valla para echar una mirada al otro lado, hacia la ciudad estadounidense de San Diego, en el sur de California, e incluso varios de ellos dialogaron con los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, vestidos con ropa militar de camuflaje y armados con fusiles automáticos.
Algunos migrantes dijeron que solicitarán asilo en pasos fronterizos estadounidenses, mientras otros contaron que podrían intentar eludir a las autoridades de Estados Unidos cruzando ilegalmente, informó la cadena CNN.
Sin embargo, la mayoría de los consultados afirmó que prefería esperar la llegada de los demás miembros de la caravana y obtener más información antes de ver qué hacen.
En el punto de cruce fronterizo de El Chaparral, unos 150 migrantes anotaron su nombre en una bitácora para ser atendidos por autoridades de Estados Unidos para pedir asilo.
"Pasar a Estados Unidos, esa es la intención. Poder conseguir una entrevista para pedir asilo político en Estados Unidos", dijo el hondureño Franklin Barahona, un técnico en computación y celulares originario de La Ceiba que hizo el viaje con su esposa y su hijo.
Del otro lado de la frontera, Estados Unidos desplegó un importante dispositivo militar para contener la llegada de las caravanas que el presidente, Donald Trump, definió como "invasión".
La mayoría de las tropas movilizadas están en Texas, a más de 2.400 kilómetros del lugar adonde están llegando los migrantes de la caravana.
El grueso de los integrantes de la caravana más grande está aún a unos 1.800 kilómetros de la frontera, pero han estado avanzando cientos de kilómetros por día en colectivos o en camiones que los levantan.
México les ha ofrecido refugio, asilo y visas de trabajo, y su gobierno dijo esta semana que había expedido 2.697 visas temporarias a familias e individuos para cubrirlos durante los 45 días que dura el proceso para obtener un estatus más permanente.
Unos 533 migrantes pidieron regresar a sus países, según señalaron las autoridades mexicanas.