Habitantes de Bangladés, India, Nepal e Indonesia enfrentan las peores inundaciones de una década.
Millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones que han causado los monzones en el sur de Asia, y un tercio de Bangladés está bajo las aguas, tras las más intensas lluvias en una década según informaron este martes (14.07.2020) fuentes oficiales.
El monzón --que se produce habitualmente entre junio y septiembre-- es crucial para la economía del subcontinente, pero también genera destrucción y muerte en la región. "Estas van a ser las peores inundaciones en una década" afirmó a la prensa el responsable del centro de previsión meteorológica de Bangladés, Arifuzzaman Bhuiyan.
Según Bhuiyan un tercio del país --con centenares de ríos y deltas, y muy propenso a las inundaciones-- está bajo las aguas. En Asam, en el noreste de India, más de 2,1 millones de personas han sufrido desde mediados de mayo las tormentas y al menos 50 pobladores han muerto.
Habitantes y los servicios de socorro se enfrentan a una doble amenaza: las inundaciones y el nuevo coronavirus, que en Asam ha contaminado a más de 17.000 personas. En Nepal, al menos 50 personas murieron en deslizamientos de terreno e inundaciones.
Indonesia sorprendida con súbitas crecidas
En tanto, en Indonesia las autoridades anunciaron que al menos 15 personas fallecieron y decenas más están desaparecidas este martes tras las súbitas crecidas que anegaron centenares de viviendas en la isla de Célebes. Algunas de las viviendas han quedado enterradas por el fango que arrastró la corriente después de las copiosas lluvias que caen en la zona y que propició el desbordamiento de tres ríos en el distrito de Luwu Norte, informa la agencia para la mitigación de desastres.
Los equipos de emergencia ya se encuentran sobre el terreno para las tareas de búsqueda y rescate de quienes puedan haber quedado atrapados dentro de los edificios. Según las autoridades, 46 personas han sido dadas como desaparecidas, mientras alrededor de 2.000 han sido reubicadas en refugios temporales. Además, una decena de personas están siendo tratadas en hospitales de la provincia con heridas causadas durante la inundación.
La intensidad de los ciclones tropicales responde a la temperatura de la superficie del mar. La temporada de huracanes será más prolongada y habrán más, especialmente en el Atlántico Norte y el Pacífico Nororiental, y seguirá aumentando su intensidad. Debido a las condiciones climáticas extremas, habrán tormentas extremadamente destructivas, incluso en regiones que hasta ahora se han salvado.
Los océanos se calientan con el aumento de las temperaturas de la atmósfera de la Tierra. Esto conlleva a una expansión térmica de las masas de agua, causando que el nivel del mar se eleve aún más. Se perderán los hábitats y los recursos de numerosos habitantes de la costa, especialmente en las regiones más pobres.
Mientras que en algunos lugares habrá fuertes precipitaciones e inundaciones, las condiciones climáticas extremas en otros lugares provocarán períodos secos extremos. Como resultado, habrá afectaciones en los cultivos y devastadores incendios forestales. La temporada de incendios durará mucho más tiempo en muchos lugares y su número aumentará dramáticamente.
El calentamiento de los océanos está desplazando epecies y alterando los ecosistemas marinos. Los peces y mamíferos marinos migran hacia los polos, como los animales terrestres. Las poblaciones de bacalao del Mar del Norte, por ejemplo, se están reduciendo más de lo que puede explicarse solo derivado de la sobrepesca. Las regiones pesqueras del norte podrían beneficiarse de este fenómeno.
El calentamiento hace que el CO2 se disuelva directamente en la superficie, así el pH del mar disminuye y el agua se "acidifica". Almejas, estrellas de mar, corales, cangrejos y erizos de mar pierden su capacidad de formar exoesqueletos o endoesqueletos. Esto significa que no solo afecta su funcionamiento como filtros de contaminantes, sino también como alimento para otra vida marina.
Al disminuir el valor del pH, las pequeñas algas también pueden absorber menos hierro. Pero el plancton necesita el mineral para un fuerte crecimiento. Dado que muchas especies de fitoplancton también forman esqueletos de cal, se ven doblemente afectadas por el agua acidificada.
El agua más caliente puede almacenar menos oxígeno, por lo que el calentamiento de los océanos conlleva a la expansión de las zonas pobres en oxígeno. En muchas zonas marinas, ya existen estas "zonas de muerte" en las que no pueden vivir animales porque se esparce muy poco oxígeno en el agua.
En aguas cálidas y pobres en oxígeno, las algas tóxicas pueden multiplicarse de forma explosiva. Su veneno mata a los peces y otras criaturas marinas. Las alfombras de algas ya están amenazando a la industria pesquera y al turismo en muchos lugares. Aquí hay fotos de la costa de Chile, donde las algas rojas mataron a miles de peces con su toxinas nocivas.
Esqueletos de piedra caliza blanca: la población de coral pierde no solo su color, sino también su capacidad de reproducirse debido a un fuerte blanqueamiento de los corales. Los arrecifes de coral mueren y no ofrecen protección, ni comida, ni zonas de caza para la vida marina.
Si la corriente del Atlántico Norte se viera interrumpida por el calentamiento de los océanos, se produciría una grave ola de frío en toda Europa occidental y septentrional. Esto se debe a que asegura una circulación continua de agua de mar a través de las aguas superficiales densas más profundas y frías. Otras corrientes oceánicas también se verían afectadas. (ee/jov)
Autor: Alexander Freund