Al menos 29 miembros de las fuerzas de seguridad afganas murieron y otros 11 resultaron heridos en varios ataques de los talibanes entre la noche del martes y este miércoles en el norte y sur de Afgan
Al menos 29 miembros de las fuerzas de seguridad afganas murieron y otros 11 resultaron heridos en varios ataques de los talibanes entre la noche del martes y este miércoles en el norte y sur de Afganistán, unas bajas que se producen después de la firma del histórico acuerdo el pasado sábado en Doha entre los insurgentes y Estados Unidos.
La mayoría de los ataques se registraron en la provincia norteña de Kunduz, donde los talibanes atacaron varias posiciones de las fuerzas afganas, aunque también se produjeron acciones insurgentes en las meridionales Uruzgan o Helmand, aunque en esta última las autoridades aún no han informado de víctimas.
RESPUESTA DE ESTADOS UNIDOS
El aumento de los ataques talibanes obligó hoy a las fuerzas estadounidenses desplegadas en el país a apoyar a las tropas afganas en la meridional Helmand, con su "primer bombardeo" contra los insurgentes desde la firma del acuerdo.
Se trata de los primeros ataques de envergadura de los talibanes contra las fuerzas de seguridad afganas en los últimos doce días, después de mantener un perfil bajo durante el periodo de reducción de la violencia pactado con Estados Unidos y que duró 7 días hasta la firma, el sábado pasado, del acuerdo en Doha.
Estadounidenses y talibanes pactaron el sábado en Doha la retirada, en 14 meses, de todas las tropas aliadas estacionadas en Afganistán, como paso previo a las conversaciones de paz de los insurgentes con el Gobierno afgano que tratarán de acabar con la guerra que desde hace 19 años sacude al país.
Los talibanes aseguran que además pactaron con los estadounidenses la liberación de unos 5.000 prisioneros, aunque el presidente afgano, Ashraf Ghani, advirtió el domingo de que la liberación depende de su Gobierno y que podrá tratarse en las negociaciones, cuyo comienzo se prevé para el 10 de marzo en Oslo, pero no antes