La primera ministra británica, Theresa May, encabezó una reunión clave de su gabinete, dividido sobre el curso de las negociaciones con la Unión Europea para la salida del país del bloque, el Brexit, mientras que la UE insistió en nuevas propuestas para desbloquear las tratativas.
Un amplio grupo de euroescépticos dentro del Partido Conservador de May quiere que los ministros rebeldes la persuadan de que retire el donominado "plan Chequers", o Brexit blando.
Si no lo consiguen, podrían presionar al partido para someter a la mandataria a una moción de confianza, según el diario The Telegraph.
En tanto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió hoy a Londres que presente nuevas propuestas concretas para romper el bloqueo en las negociaciones.
"Además de buena voluntad, necesitamos nuevos hechos, dijo. Solo así se puede evaluar si es posible lograr un avance decisivo", zanjó el político polaco.
Tusk había avisado el lunes que la UE debe intensificar sus preparativos para una eventual salida del Reino Unido sin acuerdo, aunque ello de ninguna manera debe frenar los esfuerzos para alcanzar un buen acuerdo, subrayó.
Las negociaciones sobre el Brexit entraron en un punto muerto el domingo debido a desacuerdos sobre cómo evitar que surja una frontera "dura" entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
El negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier, dijo hoy en Luxemburgo que la UE se tomará el tiempo que sea necesario para conseguir un acuerdo de salida del Reino Unido en las próximas semanas. El titular de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, dijo por su parte: "Me gustaría llegar a un acuerdo porque ningún acuerdo significa desastre", agregó DPA.
El lunes, May dijo ante el Parlamento británico que aún es posible conseguir un pacto y que las negociaciones están "en su fase final" pero que el freno son las diferencias sobre cómo mantener una frontera abierta entre las dos Irlandas.
Tanto Londres como la UE quieren evitar que vuelva a haber una frontera física entre Irlanda del Norte -que abandonará el bloque junto con el resto de Reino Unido- y la República de Irlanda, algo que podría reavivar viejas tensiones en la región. Pero no se ponen de acuerdo en cómo conseguirlo. El tiempo urge porque es necesario que el acuerdo al que se llegue sea ratificado por ambas partes antes del 29 de marzo de 2019, fecha en que el Reino Unido abandonará la UE.