La ONG asegura que soldados birmanos han matado indiscriminadamente a civiles en el estado Rakáin, donde en 2017 llevaron a cabo otra ofensiva contra la minoría rohinyá en la que la ONU denunció 'genocidio intencional'.
Amnistía Internacional (AI) acusó hoy al Ejército de Birmania (Myanmar) de cometer crímenes de guerra en su ofensiva contra la guerrilla Ejército de Arakan en el oeste del país, tras la orden del Gobierno de "aplastar" a este grupo armado.
Las fuerzas armadas desplegaron en los últimos meses miles de soldados y artillería pesada en el estado de Rakáin (norte), donde los rebeldes del Ejército de Arakan combaten para lograr una mayor autonomía de la población budista (llamada rakáin en lengua arakán).
Este estado fue escenario también de la sangrienta represión contra la minoría musulmana rohinyá en 2017. Esa ofensiva obligó a huir a Bangladés a unos 740.000 rohinyás, en una violencia que la ONU considera que podría ser constitutiva de "genocidio".
El informe, que también denuncia violaciones de los derechos humanos por parte de la guerrilla de la etnia rakáin, también señala que los militares cometieron ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, tortura, malos tratos y desapariciones forzadas.
"Menos de dos años después de que la indignación sacudiera al mundo por las atrocidades en masa perpetradas contra la población rohinyá, el ejército de Myanmar vuelve a cometer terribles abusos contra los grupos étnicos” en Rakáin, afirmó en un comunicado Nicholas Bequelin, director regional de AI para Asia Oriental y el Sureste Asiático.
"Ninguna señal de arrepentimiento”
"Las nuevas operaciones en el estado de Rakáin muestran a un ejército no rehabilitado, que sin mostrar arrepentimiento ni rendir cuentas aterroriza a la población civil y perpetra violaciones generalizadas como táctica deliberada”, agregó.
El documento, que se basa en varias decenas de testimonios de diferentes grupos étnicos, así como en fotografías, videos e imágenes satelitales, señala siete ataques del ejército contra esta etnia en los que murieron 14 civiles y decenas resultaron heridos.
Asimismo, la organización acusa al Gobierno de Aung San Suu Kyi de "guardar silencio" sobre estos abusos y de bloquear la llegada de medicamentos y alimentos, así como el acceso de las organizaciones humanitarias a la región.
El Ejército de Arakan, uno de los diversos grupos rebeldes alzados en armas en Birmania, fue formado en 2009 por estudiantes de la etnia rakáin –predominantemente budista, como el 90 por ciento de la población birmana, y la mayoritaria en el estado que lleva su nombre– y actualmente cuenta con unos 7.000 combatientes.
Más de 33.000 personas se han visto desplazadas en los últimos cuatro meses por los enfrentamientos que mantienen esta guerrilla y el Ejército, según Naciones Unidas.
Éstos se suman a los al menos 128.000 desplazados de la minoría musulmana rohinyá, a los que las autoridades no reconocen la ciudadanía y que se encuentran recluidos en campos desde una oleada de violencia sectaria entre las comunidades rakáin y rohinyá en 2012.