El gobierno de Kosovo lanzó un operativo policial contra el crimen organizado en el norte del territorio, que terminó con 19 policías -11 serbokosovares, 4 albanokosovares y 4 bosniokosovares- y dos miembros de la misión de la ONU detenidos y desató la furia de las autoridades de Serbia, que pusieron en alerta a sus fuerzas de seguridad.
"Reforzar el Estado de derecho es una necesidad para nuestro país y nuestra región. El crimen organizado y el contrabando suponen una amenaza directa para el progreso mutuo y no debería ser apoyado por razones de etnia o cualquier otra consideración", aseguró el primer ministro kosovar, Ramush Haradinaj, al anunciar y defender públicamente la operación policial.
Según había informado la Policía de Kosovo, la llegada de las fuerzas de seguridad en Zubin Potok no fue bien recibida. Hubo barricadas y resistencia armada y uno de los agentes fue levemente herido durante la redada.
Haradinaj no ignoró la tensión bilateral que esta muestra de fuerza provocó en Belgrado, la capital serbia, y le pidió a la población a través de su cuenta de Twitter que "mantenga la calma", según reprodujo la agencia de noticias EFE.
En 2008, Kosovo declaró unilateralmente la independencia de Serbia, el Estado heredero de la ex Yugoslavia. Mientras varios países europeos y Estados Unidos reconocieron de inmediato al joven país, la mayoría de la comunidad internacional -incluida Argentina- aún no lo hacen y aceptan el reclamo de integridad territorial de Belgrado.
En medio de esa constante tensión con el Estado serbio, el presidente de ese país, Aleksandar Vucic, no tardó hoy en reaccionar a la ola de detenciones de los serbokosovares.
"El Ejército protegerá a nuestro pueblo si hay seria amenaza al orden y las vidas de nuestro pueblo", advirtió el presidente, citado por la agencia de noticias DPA, aunque agregó que Serbia hará todo lo posible para preservar la paz.
"El sentido de la irrupción en el norte (de Kosovo) fue intimidar a nuestro pueblo", agregó Vucic.
Por otro lado, la misión de la ONU pidió que las autoridades kosovares liberen a sus dos trabajadores, lo que sucedió rápidamente con el ciudadano ruso.
Rusia, un férreo aliado de Serbia y uno de los mayores críticos internacionales a la independencia de Kosovo, también condenó las detenciones.
"Es un acto bochornoso del rumbo político, basado en provocaciones de las autoridades albano-kosovares", denunció la Cancillería rusa, en un comunicado, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Desde que Kosovo declaró su independencia y muchas de las potencias occidentales la apoyaron, las nuevas autoridades están en un conflicto declarado con Serbia.
Con el auspicio de la Unión Europea, iniciaron un diálogo de paz, pero éste quedó suspendido en noviembre pasado, cuando Kosovo impuso aranceles del 100% sobre los productos importados desde la vecina Serbia.