El Gobierno chino ha convertido al sector del vino en uno de los ejes del desarrollo de su economía.
Algunas cifras
Según datos de la OIV en su informe sobre el año 2017, de los 7,6 millones de hectáreas de viñedo en el mundo, España representa el 13% y China el 12%. Si bien es cierto que no todo el viñedo chino produce uva para vinificación.
Así también lo afirma la Chinese Academy of Sciences Institute of Botany. En 2015, en China había 799.000 ha plantadas de vid y una producción de 13,67 millones de toneladas de uva, ocupando el segundo y primer puesto respectivamente en el mundo. Según la misma fuente, hasta el 2012 el sector creció 441% en 11 años. Después de 2013, la producción de vino se desaceleró levemente. Hoy, la industria del vino se encuentra en un período de reestructuración del producto y del mercado. Como dato ejemplo de ello, es que la producción de más de 60 importantes empresas vinícolas en 2015 fue un 37,8% más baja que en 2010.
Respecto a los vinos importados, su incremento es muy rápido. Se cifran 58.000 toneladas en 1997, 554.000 toneladas en 2015, 638.000 toneladas en 2016, 746.000 toneladas en 2017 y 181.000 toneladas de vino a granel por valor de 2,79 billones de dólares.
Otro fenómeno es que algunas de las grandes empresas vinícolas chinas se han transformado de productores de vino a comerciantes de vino. Esto es así porque los vinos embotellados importados y los vinos a granel se están comercializando como vinos chinos, lo que plantea desafíos para el desarrollo futuro de la industria vinícola china. Eso sin contar con la implantación de grandes empresas internacionales del sector en China, las joint-venture o el desarrollo de universidades nacionales para formar a sus futuros profesionales.
Los retos del sector en China
Uno de los retos de la industria del vino en China es su crecimiento sostenible aumentando la diversidad de variedades y características de los vinos. La identidad del vino chino pasa por el replanteamiento de las uvas con las que se elaboran el vino. La Cabernet Sauvignon es la más plantada con 80.623 ha, seguida de la Merlot con 16.694 ha y Cabernet Gernischet con 11.240 ha. Se están investigando desde hace años nuevas variedades para adaptarlas a sus especiales características.
Desafío también el de incrementar la calidad de sus vinos y superar con tecnología e investigación las adversidades que sus condiciones climatológicas y edáficas intrínsecas de su territorio. Por ejemplo, gran parte de los viñedos chinos deben ser enterrados en invierno para hacer frente a las temperaturas bajo cero que alcanzan, otros deben luchar contra las consecuencias de los fuertes vientos o la dificultad del enraizamiento de las viñas en suelos no del todo propicios para el desarrollo de la vid. De todo ello se deduce que otro gran reto es reducir y equilibrar el coste de producción.
Sobre el consumo del vino en China
China es el quinto consumidor de vino mundial pero solo el 2,9% de la población consume vino. En 2016, China consumió 1,73 billones de litros de vino, lo que representó el 7,2% del total mundial, según Chinese Academy of Sciences Institute of Botany.
Según datos oficiales del año 2016, el 74,6% de la población china bebe cerveza y el 22,5% bebidas espirituosas. China es el mayor productor de cerveza del mundo y la bebida nacional china es el beiji, un tipo de aguardiente de alta graduación alcohólica. El país asiático es uno de los mayores consumidores del alcohol del mundo.
En la actual coyuntura económica, donde el Gobierno chino apuesta por el desarrollo del sector del vino, parece evidente el trasfondo socio-económico para transformar los hábitos de consumo de alcohol y balancear, poco a poco, la tendencia hacia vino que hacia bebidas de alta graduación. El alcohol en China forma parte de las relaciones sociales y laborales, pero el vino sólo es consumido por una minoría. Beber y brindar continuamente en una comida es algo habitual en China, no hacerlo podría ser visto como una falta de respeto hacia el anfitrión. De hecho, y como curiosidad, la palabra china para el brindis gan-bei significa también “secar la copa”.
El vino representan un símbolo de status y éxito social, regalar vino se ha convertido en un acto más social que cultural, una manera de reflejar el respeto hacia la otra persona. En este sentido, el dinero no es impedimento para agasajar a las amistades. Ya sea de vinos internacionales, los franceses son los más demandados, o nacionales, hay vinos chinos muy caros, el intercambio de lujosas botellas es parte de la incipiente cultura del vino en China. Como también lo es el creciente interés en formación especializada, el enoturismo interior o el turismo del vino en Europa.