"Aquí almacenamos el aire de Medellín, que es especial, una joya", dijo Alvarado. "No envasamos aire puro, sino el de la ciudad, tal y como es. Por supuesto, me aseguro de que sea de calidad".
Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia, es conocida como la «Ciudad de la Eterna Primavera», por su agradable clima durante todo el año. Pero no se puede vender el clima a alguien que está a miles de kilómetros de distancia. Sin embargo, el aire es otra cosa, y es un modelo de negocio probado. La gente lleva años vendiendo latas y botellas de aire fresco a personas de países contaminados como China, y fueron estas historias de éxito las que inspiraron a Juan Carlos Alvarado, natural de Medellín, a poner en marcha su propio negocio de venta de aire.
El joven empresario, que también tiene una carrera como cantante, asegura haber creado un método especial para captar el aire y envasarlo en pequeñas botellas de cristal, que hay que limpiar a fondo para garantizar la ausencia de cualquier tipo de olor.
«He creado un dispositivo eficaz, un colector de aire, que tarda entre 15 y 30 minutos en atrapar las partículas para generar esa sensación de primavera. Es 100% natural», dijo el empresario, sin revelar el método, supuestamente porque no está registrado y alguien podría robarlo.
Juan Carlos Alvarado afirma haber vendido 77 botellas de aire por 5 dólares cada una sólo el primer día. Inspirado por su inesperado éxito, redobló su negocio, y al tercer día, supuestamente estaba vendiendo alrededor de 300 botellas a los turistas en el Parque Lleras.
«Quiero salir adelante con mi carrera artística y ésta es una de las ideas locas que se me han ocurrido ante la dificultad de conseguir patrocinadores», dijo Alvarado. «El aire embotellado puede dar risa al principio, pero este es un producto ya hecho».
Medellín Air ha recibido mucha atención en las redes sociales, así como en la televisión nacional de Colombia, lo que ha atraído aún más clientes para Alvarado. Desde entonces, ha creado páginas en las redes sociales para su producto único con el fin de ayudarle a vender aún más.
Aunque algunos han calificado a Alvarado de estafador por cobrar mucho dinero por una botella vacía. Él refuta esas acusaciones con vehemencia.
«La gente me critica como un estafador, pero es un negocio más duro de lo que parece. Nunca es fácil llenar una botella de aire. Lleva 15 minutos en el menor de los casos y 30 en el mayor para poner el aire limpio de Medellín en la botella», explica.