Las acciones de Tesla sufrieron una caída histórica en Wall Street, tras intensificarse la ruptura pública entre Elon Musk y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Según informó el medio internacional France 24, el mandatario republicano habría amenazado con retirar subsidios y contratos millonarios a las empresas vinculadas al magnate sudafricano, lo que generó una reacción inmediata del mercado.

En un tono desafiante, Musk le habría reclamado a Trump que sin su apoyo no habría llegado a la Presidencia, lo que tensó aún más la relación entre ambos referentes políticos y empresariales.

La respuesta de los inversores fue contundente: el jueves 5 de junio, las acciones de Tesla cerraron con una pérdida del 14,27%, lo que se traduce en una caída de aproximadamente 150.000 millones de dólares en su valor de mercado. Se trata de una de las peores jornadas bursátiles en la historia de la compañía, y marca una nueva etapa de inestabilidad.

Con este desplome, la capitalización bursátil de Tesla volvió a caer por debajo del billón de dólares, en medio de un contexto crítico. En lo que va del año, la empresa acumula una pérdida cercana al 30%, impactada por boicots de consumidores, problemas de imagen vinculados al rol de Musk en el Departamento de Eficiencia (DOGE), y un descenso sostenido en las ventas europeas.

Este nuevo golpe financiero plantea un escenario complejo para la automotriz eléctrica, que ya venía enfrentando presiones regulatorias, caída en la demanda y cuestionamientos a su liderazgo corporativo, mientras el vínculo de su CEO con la política estadounidense continúa generando polémicas.