Silicon Valley ha comenzado a tantear ideas para solucionar el gigantesco embrollo de la deuda estudiantil en EEUU. ¿Resultado? Estudias gratis, pero después destinas un 17% de tu sueldo a pagar la carrera
¿Cuánto vale el sueño americano? Alrededor de 1,5 billones de dólares. Es el montante total de la deuda acumulada por los estudiantes estadounidenses, equivalente al PIB total de potencias económicas como Australia o España. De media, cada universitario saldrá de su carrera debiendo unos $22.000. Créditos que representan una losa para los alumnos menos boyantes y que, en ocasiones, no se pueden devolver.
¿Qué hacer? Sillicon Valley ha encontrado una respuesta. En lugar de extender créditos (al 10% de interés), los estudios se pueden pagar de otro modo. El estudiante accede al centro de forma gratuita, y una vez se gradúa y obtiene un empleo, comienza a pagar un porcentaje de su sueldo a la universidad. Es la idea detrás de Lambda School, un centro no universitario que ha acaparado las miradas de los inversores.
¿El nombre del modelo? Income Share Agreement, o ISA.
En cifras. Lambda es una escuela técnica y digital que busca atraer a perfiles especializados. Esta semana, un grupo de inversores liderado por Geoff Lewis, próximo a Peter Thiel, puso $30 millones para desarrollarla bajo la premisa del ISA. A grandes rasgos, funciona así:
Un alumno de Lambda tendrá que pagar el 17% de su salario a la escuela si, al término de sus estudios, obtiene un salario superior a los $50.000 anuales. Durante dos años.
Si cobra menos, no paga nada. Si encuentra un empleo que supere el umbral, reanuda los pagos. Lambda afirma que el 83% de sus alumnos encuentra puestos por encima de los $70.000.
Como máximo, un alumno puede pagar $30.000 anuales, de tal modo que la deuda no desincentive acceder a puestos mejor pagados.
La discusión. ¿Ha inventado Silicon Valley los impuestos? Pese a que la broma es recurrente hoy en redes sociales, no. El modelo sólo se asemeja parcialmente a un sistema impositivo. Aquí la escuela (o universidad) funciona como benefactora para una reducida élite de estudiantes, la financiación no es universal (es voluntaria y no la costean todos los contribuyentes), y el pago se anula por debajo de un umbral.
Ejemplos. No es una idea novedosa. Australia cuenta con un sistema de crédito similar: el HECS, implementado en 1989. Escocia o Uruguay disfrutan de modelos parecidos. Incluso en Estados Unidos, donde la mayor parte de préstamos funcionan de forma convencional, hay un programa que replica lo planteado por Lambda. En ninguno de ellos la deuda se deja de pagar si, por ejemplo, te quedas sin trabajo.
¿Es buena idea? Depende. $50.000 no es un sueldo demasiado alto en California o Nueva York. Dado que funciona virtualmente como un impuesto, un alumno tendría que costear el 17% de sus estudios más lo que le corresponda por IRPF (más). Sí parece más ventajoso que el modelo actual, un rentable sistema de préstamos que opera en un mercado cautivo. En EEUU merece la pena endeudarse por un título.
Europa y otros países tienen una alternativa de testada eficacia: cobrar impuestos a todos los contribuyentes y financiar servicios con ellos. La educación pública.