El especialista en antiterrorismo urbano Daniel Adler lanzó una grave advertencia sobre la presencia de los carteles narcos mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación en territorio argentino, específicamente en el norte del conurbano bonaerense, Capital Federal y el centro de Córdoba, donde aseguró que dominan el mercado de la cocaína y las drogas de diseño.

En declaraciones a Noticias Argentinas, Adler sostuvo que estas organizaciones criminales ingresaron al país hace décadas a través de la Triple Frontera y de Bolivia, y responsabilizó a la falta de políticas de seguridad y al contexto de baja gobernabilidad que, según él, afectó a la Argentina durante los últimos 16 a 20 años.

El experto también vinculó el ingreso al país de terroristas iraníes, por lo que apuntó directamente contra la gestión del presidente boliviano Luis Arce. "Estas bandas encontraron terreno fértil por la corrupción y las zonas liberadas. Ya en 2008 se detuvo a nueve mexicanos en un laboratorio de metanfetaminas en Ingeniero Maschwitz", recordó.

Adler remarcó que los carteles utilizan laboratorios móviles, participan del lavado de activos y cuentan con una estructura sofisticada que incluye contadores, abogados, medios de comunicación, concesionarias y asesores de inversión. "Combinan el mundo criminal con el comercial, con oficinas en zonas exclusivas y apariencia de legalidad", advirtió.

Según explicó, el cartel de Jalisco Nueva Generación tiene una alianza logística con el Primer Comando Capital (PCC) de Brasil y vínculos indirectos con la Ndrangheta italiana, mientras que el cartel de Sinaloa mantiene lazos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y el cartel del Golfo de México.

También mencionó que para penetrar el territorio, las superbandas recurren a bandas intermedias que les abren rutas y a grupos locales como Los Monos y las más de 300 bandas del conurbano bonaerense.

Por último, Adler señaló que Argentina se convirtió en una plataforma clave para la exportación de droga en el Cono Sur: "Un kilo de cocaína que aquí vale 1.750 dólares, puede alcanzar hasta 180.000 dólares en Japón. El verdadero negocio es la logística, y la logística solo es posible mediante la corrupción".