Los científicos que trabajan con el rover Curiosity usaron con éxito un componente de su equipo de navegación —un acelerómetro como el que trae tu teléfono— para realizar una medición importante sobre la geología de Marte.
“Me di cuenta de que puedes descargar una aplicación en tu teléfono y, no con mucha precisión, medir [la fuerza de la gravedad de la Tierra] mediante los acelerómetros del teléfono”, dijo a Gizmodo el autor principal del estudio, Kevin Lewis, profesor asistente en la Universidad Johns Hopkins. Lewis pensó que podría hacer lo mismo con los acelerómetros de Curiosity y conseguir resultados científicos interesantes.
La gravimetría, o la medición precisa de cambios en el campo gravitatorio local, es una forma útil de entender las rocas debajo de la superficie, ya que la fuerza de gravedad de un objeto aumenta con su masa. Por ejemplo, la misión Apolo 17 realizó un experimento de gravimetría para estudiar la Luna. Pero Curiosity no tiene un gravímetro. Sin embargo, tiene un sistema de navegación que incluye giroscopios y un acelerómetro para medir los cambios en la velocidad, la aceleración y la orientación.
El sistema de navegación no es tan sensible como lo sería un gravímetro, pero los científicos lo intentaron. Adquirieron los datos de las aceleraciones experimentadas por el rover, luego las ajustaron para tener en cuenta aspectos como la ubicación de Curiosity en Marte, los efectos potenciales de la temperatura y la elevación del equipo.
Su análisis reveló una sorpresa: la densidad media de las rocas bajo Curiosity era menor de lo esperado. Esto implica que el suelo es más poroso, lo que significa que tiene más agujeros de lo que los científicos esperaban. Además, los científicos pudieron inferir que los sedimentos no son muy profundos, ya que de lo contrario serían más compactos o estarían más rellenos.
Todos estos puntos parecen implicar que el monte Sharp no es el resultado de una erosión que creó un pico alto, sino que se formó a través del sedimento que el viento soplaba en el cráter ya formado, lo que resultó en un enorme depósito, según el estudio publicado en Science.
“Mi primera impresión fue que es un ingenioso truco de ingeniería usar instrumentos a bordo del rover que no fueron diseñados como instrumentos científicos para hacer ciencia”, dijo a Gizmodo Kirsten Siebach, geóloga marciana y profesora asistente de la Universidad Rice. Señaló que la porosidad de las rocas era sorprendentemente alto. Dijo que el trabajo parecía confirmar algunas observaciones previas del cráter Gale, pero contradice otras.
“Esto nos empuja a comprender mejor cómo se comportan las rocas de baja porosidad en Marte”, dijo.
Mediciones como estas vienen con limitaciones inherentes, como la introducción de sesgos potenciales al elegir qué datos usar e incertidumbres al usar un instrumento para una tarea para la que no se diseñó.
Pero es ciencia, y el estudio revela nueva información que nos acerca a saber lo que realmente está sucediendo dentro del cráter, y debe considerarse junto con otros experimentos, simulaciones y datos. Y pronto habrá más experimentos para construir un cuerpo de evidencia: Mars InSight estudiará la geología del planeta en general, basándose en cómo fluye el calor a través de él, mientras que Mars 2020 podrá un radar de penetración en el suelo para recopilar información del subsuelo en su lugar de aterrizaje, el cráter Jezero.
No es la primera vez que hablamos de científicos que reutilizan equipos de navegación para hacer ciencia, pero esta es particularmente ingeniosa.
Lewis dijo: “Una de las cosas que realmente amo de este estudio es que es mi tipo de ciencia: encontrar nuevas formas de usar los datos existentes y crear un nuevo instrumento científico al estilo MacGyver”.