La jueza Mirna Montaldi, del Juzgado Penal Colegiado Nº2, entendió que las pruebas reunidas por la fiscal de Homicidios Claudia Alejandra Ríos eran suficientes para dictar la prisión preventiva
La madre como así también la hija de Martín Salzman (51 años), pidieron que todos los sospechosos que tiene la causa continúen en la penitenciaría. La joven presenció cómo fue el asalto en su vivienda, que estaba conectada internamente con el local, y se mostró conmovida.
Este jueves, la jueza Mirna Montaldi, del Juzgado Penal Colegiado Nº2, entendió que las pruebas reunidas en esta etapa del proceso por la fiscal de Homicidios Claudia Alejandra Ríos eran suficientes para dictar la prisión preventiva.
La magistrada resolvió la medida cautelar que afecta la libertad tal como había solicitado el Ministerio Público por la calificación de homicidio criminis causa, robo agravado en poblado y en banda, por arma de fuego y arma impropia, por la barreta que utilizaron para golpear a la víctima. También les trabó un embargo de un millón de pesos a cada uno.
De esta forma, Brian Cubito Garro (27), Jorge Zurdo Romero (27), Sebastián Polo Palacio, Martín Tincho Falcón -de 35 años y señalado como autor del disparo- y el presunto datero de la banda y empleado de la víctima, Ariel Colo Quarñolo (28), continuarán en prisión mientras la fiscalía termina de cerrar la instrucción. A pesar de esto, fuentes judiciales señalaron que las defensas de los sospechosos apelarán la resolución y será un Tribunal el que termine analizando la situación procesal de todos.
El jueves 16 de febrero durante la siesta, cuatro delincuentes con información sobre todos los movimientos de la víctima por los trabajos de inteligencia previos que realizaron en la zona, ingresaron al lubricentro Penta para robarse una caja de seguridad. Abordaron a la hija de la víctima fatal y forzaron con una barreta un ingreso a la casa, que se encuentra conectada.
El empleado de Salzmann, aparentemente, habría pasado el dato sobre el dinero. La hipótesis no tardó en potenciarse en los efectivos que analizaban cada una de las pruebas: Quarñolo, quien es conocido en lo más íntimo de la pesquisa como el “empleado infiel”, tenía una deuda de drogas por problemas de consumo con una banda narco de Guaymallén e hizo correr el dato de que había dinero en el comercio y en la casa de Salzmann.
Los delincuentes armados amenazaron a la joven y su padre, que se encontraba bañándose y salió en su ayuda. Mientras exigían por el dinero y la clave de la caja de seguridad, Salzmann forcejeó con uno de los asaltantes y recibió un fierrazo en la cabeza, luego del cual le dispararon con una pistola calibre 9 mm a corta distancia. Murió prácticamente en el acto, cerca del portón principal de su domicilio. Una vaina quedó en la escena y fue rescatada por Policía Científica.
La banda escapó por calle Mitre hacia el sur en la Chevrolet blanca en la que llegaron –la que Falcón y Garro habían robado un día antes en Maipú- y la dejó abandonada en el barrio Capilla de Nieve, ubicado menos de dos kilómetros hacia el este. Antes de huir, los integrantes del grupo delictivo la prendieron fuego para borrar otras pruebas que podrían llegar a incriminarlos. Escaparon en motos.
Gracias a lo que registraron las cámaras de seguridad del comercio, los detectives de Homicidios fueron identificando a cada uno de los sospechosos.
El primero en caer fue Brian Garro. Un tatuaje de un león en la parte interna de su brazo derecho sirvió para identificarlo. Policías con años de experiencia lo habían investigado por un robo y lo tenían marcado.
Fue atrapado en su casa de Maipú. Desde ese momento, la investigación se abrió con nuevas pruebas y declaraciones. Se dieron a conocer los fotogramas de lo que captaron las cámaras con los rostros de los presuntos autores e Investigaciones los fue atrapando con el paso de los días.
Fuente: El Sol