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Fue detenida ni bien bajó del vuelo en el que había prestado servicio. Sí declaró de manera testimonial -no como imputado-
La empleada de Aerolíneas Argentinas Daniela Carbone, detenida por amenaza de bomba a un avión de la misma empresa, se negó a declarar. Fue detenida ni bien bajó del vuelo en el que había prestado servicio. Sí declaró de manera testimonial -no como imputado-.
La azafata se encuentra detenida en la sede de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y fue conducida al juzgado a prestar declaración y a escuchar las pruebas en su contra. Acompañada por su abogado, tenía mal aspecto luego de 48 horas detenida y desistió de comer a pesar de que los empleados del tribunal le ofrecieron medialunas.
La sospecha es que hizo el llamado anónimo porque su ex pareja, piloto en la misma empresa estatal, iba en el vuelo que tenía como destino Miami.
Por sugerencia de su defensor, no prestó declaración y le leyeron la acusación en su contra. Las pruebas indican que hizo la amenaza anónima con un chip prepago del teléfono de su hija -que también es azafata, pero en otra compañía-. Distorsionó su voz con una aplicación, pero el teléfono que utilizó fue rastreado por los peritos.
Además de los cargos, le leyeron las consecuencias provocadas por la amenaza: “La situación producida por su accionar motivó la interrupción del servicio aéreo generado una erogación por el momento de al menos 1.215.740 dólares en cabeza de AA y de al menos 1.021.1776 pesos desembolsados por la PSA“.
Este es el cuarto homicidio de un miembro de la familia del futbolista durante los últimos 13 años, según fuentes judiciales
En estos dos días en los que estuvo detenida, también se le tomó declaración a la tripulación que compartió su último vuelo con ella. Dijeron que casi no la conocían.
También fue a indagatoria su ex pareja, para indagar en el motivo por el que habría hecho la llamada. El aeronavegante explicó que estaban separados desde hace meses tras una relación de 5 años, y ella se quedó a vivir en el barrio cerrado. No volvieron a hablar y una frase del piloto llamó la atención: “Ella quedó más dolida“.
El trabajador de Aerolíneas Argentinas detalló que el día del vuelo fue “normal hasta diez minutos antes de despegar”, cuando el capitán Diego Pérez Bariggi -a quien estuvo dirigido un segundo mensaje intimidatorio a su teléfono- hizo un anuncio general “informando que habían recibido una amenaza de bomba y que debían esperar instrucciones“.
Preguntado por el tribunal, el hombre sostuvo que tenía entendido que al capitán le había llegado un mensaje como así también a una línea de operaciones del aeropuerto, pero recalcó que no había visto ni escuchado el contenido del mismo.
También señaló que no cree que su ex pareja haya sido “capaz de algo así”.
