Te presentamos un recopilado de seis curiosidades que quizás no sabías sobre el orgasmo femenino.
Este lunes 8 de agosto de 2022 se celebra mundialmente el Día del Orgasmo Femenino, por lo que te presentamos un recopilado de seis curiosidades que quizás no sabías sobre el orgasmo femenino.
La estimulación genital es una forma más de alcanzar el orgasmo en un encuentro sexual, bien individualmente o con más personas. Está comprobado que hay muchas mujeres que llegan al orgasmo únicamente mediante la estimulación de los pezones, debido a que tienen muchísimas terminaciones nerviosas.
No solo los hombres se lo pasan bien cuando están en su fase REM. También hay mujeres que han podido disfrutar de orgasmos mientras se encuentran durmiendo plácidamente, y lo mejor es que se produce sin ningún tipo de intención.
Además del chocolate y la canela, hay otros alimentos que además de aportar nutrientes a nuestro organismo, favorecen positivamente que lleguemos al orgasmo.
Sandía: una fruta con alto contenido en citrulina que ayuda a que aumente el flujo sanguíneo hacia los genitales femeninos, por lo que viene muy bien para llegar al orgasmo más rápidamente.
Pepino: tiene un olor que despierta la excitación femenina.
Ajo: aumenta la libido gracias a un componente llamado alicina, que cuando entra en combinación con la vitamina B1 hace que el apetito sexual se ponga por las nubes.
Según investigadores, la poderosa posición del “Misionero”, con el hombre encima y una almohada colocada debajo de la pelvis de la mujer, es la más beneficiosa para maximizar el clímax. Además, las posiciones cara a cara generalmente mejoran el flujo sanguíneo del clítoris, lo que conduce a mejores orgasmos.
La posición menos efectiva para alcanzarlo es la de entrada trasera, que produce menos contacto directo con el clítoris.
El orgasmo fue el inicio del psicoanálisis, ya que hasta la mitad del siglo XIX existía una enfermedad conocida como la histeria femenina, cuyos síntomas pasaban por sufrir desvanecimientos, insomnio, espasmos musculares, irritabilidad o pérdida de apetito entre otros. Las pacientes diagnosticadas con esta ‘enfermedad’ tenían que acudir al doctor para que se les realizase el conocido como masaje pélvico, que no era otra cosa que masturbar a la paciente hasta llegar al orgasmo.
En el ese contexto histórico, esto se llamaba ‘paroxismo histérico’ ya que lo que verdaderamente se estaba considerando una enfermedad no era otra cosa que la represión del deseo sexual en las mujeres. Fue a partir de esta ‘enfermedad’ con la que Sigmund Freud llegó a afirmar que este paroxismo histérico estaba provocado por la represión del deseo sexual en el inconsciente, lo cual fue la antesala para el desarrollo posterior del psicoanálisis.