En el reto por hallar nuevos materiales que abastezcan el mercado creciente de los coches eléctricos y la movilidad sostenible, científicos de la Universidad de Córdoba han descubierto lo prometedor de la cáscara de las almendras para las baterías. #baterías #cocheeléctrico #movilidad
Es preciso pisar el acelerador en torno a una movilidad sostenible y respetuosa con el planeta, fundamental para reducir las emisiones contaminantes ligadas al cambio climático. El Gobierno español quiere poner en práctica una medida por la cual coches y vehículos comerciales de gasolina, diésel, híbridos y gas natural no podrán venderse en nuestro país a partir de 2040, una iniciativa paralela a la de otros países como Reino Unido y Francia. De esta manera, se busca que en 2050 no circule ningún automóvil por España que emita CO2.
Buscando componentes que mejoren la autonomía, el rendimiento, la carga o la eficiencia de las baterías de los vehículos eléctricos, un equipo de investigación del Instituto Universitario en Química Fina y Nanoquímica de la Universidad de Córdoba (IUNAN) ha encontrado un curioso y prometedor material para desarrollar baterías cuyo uso no perjudique el medio ambiente y con alto rendimiento para acumular energía: se trata de la cáscara de las almendras, que puede transformarse en un tipo de carbón activo.
Los responsables lograron fabricar baterías para coches eléctricos con esta materia prima y aumentar un 60% su autonomía con respecto a un vehículo eléctrico estándar, en el que se empleen baterías convencionales de litio. En un trabajo publicado recientemente en la revista Materials, el equipo coordinado por los profesores Julián Morales y Álvaro Caballero muestra cómo se puede convertir la cáscara de este fruto seco en un carbón activo microporoso y el excelente rendimiento que tiene en las baterías basadas en azufre. Y lo han hecho valiéndose de un proceso rápido de activación y pirolisis.
Los responsables de este estudio han probado la nueva batería en cargas rápidas con un éxito total en recargas de una hora, y creen que serán viables para recargas todavía más rápidas. Según indica la investigadora principal del estudio Almudena Benítez, “estamos valorizando un residuo que se genera de manera muy abundante en España y especialmente en la provincia de Córdoba, dándole un valor añadido hacia una explotación en sectores de alta tecnología”.
Emplear cáscaras de almendra, residuos procedentes de biomasa, acarreará numerosos beneficios: baterías más sostenibles con el medio ambiente, alto rendimiento y eliminación de la necesidad de usar compuestos procedentes de petróleo o de elementos caros y poco abundantes. Para el problema de la seguridad en vehículos eléctricos el equipo estudia el uso de materiales como el grafeno tridimensional y electrolitos no inflamables.