Tenemos ya bastante interiorizado el hecho de llevar el teléfono a cuestas todo el día, incluso colándolo en habitaciones en las que tal vez no debería estar. Pero por las noches sigue surgiendo la duda de qué hacer con él, sobre todo cuando su autonomía nos permite no tener forzosamente que conectarlo a su cargador.
Con toda seguridad, la opción más radical a la hora de tomar una decisión sobre este teléfono móvil que reposa sobre la mesita de noche junto a nuestra cama. Aunque si está apagado, bien podemos dejarlo en la cocina. Una decisión drástica que tiene algunas ventajas pero también inconvenientes, y que ahora te describimos.
Apagando el teléfono móvil por la noche evitamos, entre otras cosas, que tengamos la tentación de echar mano de él si nos desvelamos, y también evitamos cualquier interrupción nocturna. Con el teléfono apagado no hay posibilidad de recibir mensajes, ni notificaciones, ni llamadas de ningún tipo. Tampoco se consume la batería del teléfono, todo hay que decirlo.
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Tal vez nuestra intención sea la de tener una noche tranquila y que no nos molesten, pero con el teléfono apagado tampoco funcionará la alarma o alarmas que tengamos configuradas. Los smartphones no son como los teléfonos clásicos previos al iPhone y compañía. Apagarlos significa convertirlos en pisapapeles, y nada funcionará en ellos hasta que los volvamos a encender. Así que si nuestro teléfono es nuestro despertador, apagarlo nos puede suponer un problema.
Como indican en los comentarios, algunos fabricantes sí gestionan el funcionamiento de la alarma en modo apagado. Encienden el teléfono con una programación para que la alarma suene, pero es algo que no ocurre en todos. Aun así, aquí está el matiz.
También hay que tener en cuenta que tener el teléfono apagado supondrá que nadie podrá llamarnos en caso de emergencia. Algo que también puede ocurrir con la siguiente de las alternativas, pero que es conveniente saber. Apagar el teléfono móvil de noche es desconectarnos del mundo que nos rodea, para bien o para mal, dependiendo de las circunstancias de cada uno.
Desconexión parcial: el modo avión
Desde hace mucho, los teléfonos móviles ofrecen la posibilidad de activar el modo avión, que suele tener el mismo comportamiento independientemente de en qué sistema operativo nos encontremos. Ya sea un Android, un iPhone, un teléfono con Windows o cualquier otro, el modo avión está ya bastante estandarizado y lo que hace es cortar todas las conexiones inalámbricas del teléfono.
Con el modo avión activo desaparecerá la WiFi y también la conexión de datos, también perderemos cualquier contacto con dispositivos Bluetooth que tengamos por casa, ya sean auriculares, altavoces externos, manos libres o cualquier otro gadget. Su nombre viene, como habrás deducido, de los requerimientos de las líneas aéreas, que obligan a mantener el teléfono en "modo calculadora" para no interferir con la instrumentación del avión.
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Con este modo avión activo, no tendremos tampoco molestias en forma de llamadas telefónicas o notificaciones de ningún tipo. Aunque podremos seguir usando el teléfono para ejecutar aplicaciones que no requieran conexión, como editores de texto o apps de retoque fotográfico, incluso la mayoría de juegos del mercado. Con el modo avión, además, podremos volver a activar el Bluetooth o la WiFi, si lo deseamos, pero eso seguirá sin darnos acceso a las llamadas.
El teléfono seguirá encendido, por lo que el consumo de energía se reducirá pero no desaparecerá por completo, aunque sí podremos seguir accediendo a uno de los puntos en contra de apagar el teléfono. Con el modo avión, el despertador seguirá funcionando con cada una de las alarmas que tengamos programadas. Y por la mañana bastará un sencillo toque en la pantalla para volver a tener el teléfono operativo al 100%.