La demora en las campañas para evitar el brote y un genotipo especialmente contagioso impulsan los 41 mil casos registrados
La ola de calor que se extendió hasta marzo, la falta de prevención pública y privada, y una variante especialmente dañina colaboran para el fuerte avance del dengue en todo el país. Desde hace más de un mes, el virus circula en 15 provincias del centro, norte, noroeste y noreste. Y de los más de 41 mil casos reportados, ya hay 37 víctimas fatales.
El infectólogo Eduardo López reconoció que “este brote nos agarró con la guardia baja”, ya que “se trabajó poco en el invierno para recordarle a la gente que el descacharreo es el elemento vital para evitar que crezca la hembra del mosquito”. La fumigación, que mata al mosquito adulto, es útil cuando se focaliza en espacios acotados como barrios o cuadras, pero la clave sigue siendo trabajar sobre los lugares con agua limpia semi estancada, que es donde pone huevos la hembra.
Un segundo factor en la configuración del brote es la circulación del serotipo DENV-2, que en nuestro país representa al menos siete de cada 10 casos. El genotipo tailandés de esa variante, el SEA, infecta a una mayor proporción de mosquitos, lo hace en forma más rápida y tiene más carga viral. El antecedente de otros brotes en el continente marca que está asociado a muchos casos de fiebre hemorrágica, propia de la fase aguda de la enfermedad.
En este contexto, la viceministra de Salud bonaerense, Alexia Navarro, aclaró que -pese a las bajas en la temperatura- hay que mantener las medidas de prevención, ya que el mosquito sobrevive en ambientes cerrados y los huevos pueden resguardarse por más de un año. Como la vacuna recién podría empezar a comercializarse a partir del próximo verano, es necesario insistir en el uso de mosquiteros y repelente, desmalezar patios y jardines, y vaciar las piletas de natación fuera de temporada.