Probablemente seas como el buen vino y vayas mejorando con cada año, pero para que eso suceda de una manera realista tienes que poner un poco de tu parte. Para ello, quizá tengas que hacer un esfuerzo extra en perder esos kilos no deseados, sobre todo si tu horario no te lo permite o simplemente la vaguería puede contigo cuando piensas que toca ir al gimnasio. ¿Ganaste unos pocos kilos cuando llegaste a los 40? Quizá no te diste cuenta prácticamente, pero pueden doblarse y ser muchos más en las siguientes décadas.

Antes de que te lleves las manos a la cabeza, tampoco hace falta que luzcas como Chris Hemsworth y Elsa Pataky, lo importante es concentrarse en lograr un peso saludable. "El exceso de grasa es algo que no debemos ignorar", explica en "Prevention" el especialista Robert Huizenga. "Es verdad que a partir de los 60 cuesta más, pero hay una buena noticia: a las mujeres no les costará más que a los hombres, así que la igualdad en este campo es absoluta". Explica que el verdadero camino hacia la bajada de peso no es muy diferente en esa etapa de la vida que en otra cualquiera, pero hay cosas que debes considerar.

Comienza el viaje

Si te has tomado en serio el perder peso, entonces lo primero que debes hacer es consultar a tu médico de cabecera. "Los problemas médicos como las enfermedades cardíacas o metabólicas son más comunes a partir de los 60", explica el doctor. "Por ello es necesario hacerse un chequeo médico antes de empezar con el plan". En esta década también notarás cómo tus caderas, rodillas u otras articulaciones se deterioran, a veces por la artritis, por lo que los ejercicios aeróbicos, la natación y caminatas suaves deben ser una máxima en tu viaje. Una vez sabido todo esto, para que la pérdida sea verdaderamente efectiva debes seguir algunas indicaciones.

Es verdad que a partir de los 60 cuesta más perder peso pero hay una buena noticia: hombres y mujeres tienen la misma dificultad

Es más importante que el número en la balanza. En lo que debes centrarte es en la pérdida de grasa y en desarrollar músculo, que es vital. Por ello mismo, levantar pesas es el mejor ejercicio que puedes llevar a cabo si quieres mantener tejido y masa ósea, puesto que cada año pierdes un porcentaje de músculo anualmente, lo cual afecta tu metabolismo y tu capacidad para perder la grasa.

Presta especial atención si eres mujer, pues en la posmenopausia, con los niveles más bajos de estrógeno, te será más difícil mantener la masa ósea. Por ello mismo las pesas pueden ayudarte no solo a adelgazar (sabemos que el ejercicio de fuerza y cardio combinado es el que ayuda, pero presta especial atención al primero) sino a mejorar tus huesos y fortalecerlos.

Cómo comenzar

Si no has levantado una pesa en tu vida, lo mejor es que comiences lentamente. Vale la pena que te ayude un entrenador personal con un plan personalizado que se adapte a ti, pues así le darás tiempo a tu cuerpo sin ejercer demasiada tensión sobre músculos o articulaciones y evitarás lesiones. Eso sí, es fundamental que no te quedes en la zona de confort y vayas mejorando.

Las pesas pueden ayudarte no solo a adelgazar sino a mejorar tus huesos y fortalecerlos, pues a partir de los 60 tienden a resentirse

Sobre todo, ten paciencia. Roma no se construyó en un día, quizá no seas tan fuerte como antes y eso te lleve a levantar pesas más flojas, pero recuerda que tienes un objetivo que cumplir y que, siendo constante, llegarás a él. No te frustres si no sucede de inmediato. Un plan de ejercicio y dieta saludable son los que ayudarán a que tu peso mejore con el tiempo.

La alimentación

Este es el momento para obtener proteína magra, lo ideal sería que tomaras aproximadamente 30 gramos diarios. Estas ayudarán a tu crecimiento y reparación muscular y además son más saciantes que los carbohidratos y las grasas, por lo que no te picará el gusanillo después de comer de tomarte algo insano que te hará caer en una espiral de culpabilidad.

Mantenerse hidratado también es muy importante para la salud y para cualquiera que quiera perder peso, pero es especialmente importante a medida que envejecemos. Esto se debe a que, cuando nos hacemos mayores, el hipotálamo (que controla nuestra hambre y sed) se vuelve insensible y atenúa las señales que te dicen que estás sediento.

Por último, pero no menos importante, recuerda estirar a menudo después de hacer ejercicio, pues así evitarás tener lesiones. A los 60 años, si llevas una vida sedentaria y tus dolores van en aumento es muy probable que tu flexibilidad caiga en picado, por lo que agregar algún estiramiento a tu día (no cuesta nada y aporta mucho) te ayudará a sentirte mucho mejor por dentro y por fuera.