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El afroamericano ya ganó un Oscar por Luz de luna, y va directo a obtener el segundo por Green Book, que estrena mañana, al lado de Viggo Mortensen.
Tom Lamont The Guardian y Clarín
Exactamente hace dos años, a principios de 2017, el actor Mahershala Ali y su mujer estaban por dar a luz. “Nos hacíamos bromas acerca de eso”, dice sonriendo el estadounidense de 44 años en un hotel de Londres. “Ella esperaba una beba. Yo, un Oscar.” Ese año Ali ganó el premio al mejor actor de reparto por su destacada interpretación en Luz de luna. Su mujer, la artista Amatus Sami-Karim, tuvo a la hija de ambos, Bari. En una semana, todo cambió.
Hasta el momento, a él se lo conocía más por sus intervenciones en la serie de Netflix House of Cards como el operador político Remy Danton.
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Luz de luna, donde hacía de traficante de drogas, indicaba que Mahershala reunía las condiciones para asumir roles protagónicos. El Oscar lo empujó a la cima y en los dos años siguientes conjugó su paternidad con el trabajo en dos grandes producciones: la tercera temporada de True Detective, para HBO, y Green Book sobre el pianista afroestadounidense Don Shirley.
Green Book, una película rica, conmovedora, ganó el Globo de Oro a la mejor comedia o musical, y Ali recibió el premio al mejor actor de reparto. El también obtuvo el BAFTA y tanto la película como el actor son candidatos al Oscar, él, de nuevo como intérprete de reparto.
Un atractivo central para interpretar al personaje de Green Book fue que Don Shirley había sido una figura histórica, favorecida con un talento musical enorme, pero sin un lugar claro en el mundo. Shirley surgió a la fama en Nueva York en los ‘60 y tanto llegó a tocar en el Carnegie Hall que terminó viviendo en un inmenso departamento ubicado sobre el auditorio principal. “Cuanto más lograba, más pretendía”, dice Ali. “Pero no podía salir de su existencia aislada porque estaba adelantado a su tiempo. Uno piensa en los Michael Jackson del mundo, en los Prince, personas tan excepcionales y su situación es muy rara.” En Green Book, road movie basada en hechos reales, también actúa Viggo Mortensen como Tony “Lip” Vallelonga, guardaespaldas italoamericano contratado por el pianista para una gira riesgosa por el sur racista.
Mahershala Ali, con su premio BAFTA como mejor actor de reparto, el domingo. FOTO: AP
El pianista fue un hombre que luchó por integrarse. La visión de Mahershala es que “no era suficientemente negro para la comunidad negra. No era suficientemente blanco para que lo aceptaran en su profesión. Y tampoco podía aceptarlo la sociedad por cómo se identificaba sexualmente”.
Hacia el final de la película, el actor entrega una gran escena, bajo la lluvia, en la que Shirley franquea sus sentimientos acerca de lo que es ser negro y gay, y por lo tanto inferior ante los ojos de la sociedad de los ‘60. Ese clip será el que más se difunda en la temporada de premios, pero son los momentos más pequeños del filme los que perduran.
“La sonrisa de Shirley creo que tiene que ver con que él quisiera o no ser agradable”, dice Ali. “Me acuerdo de muchas veces, viviendo yo en Nueva York, en las que cuidaba mucho la ropa que me ponía. No usaba cosas por las cuales la gente pudiera tomarme por lo que yo suponía que consideraban el hombre negro típico. Veía que las mujeres cruzaban de vereda para evitarme. En el subte se daban vuelta el anillo y ponían el diamante para adentro.” “Me preocupa cómo la gente reacciona ante una persona de piel oscura, musculosa”, continúa Ali.
Su rol en "Green Book" es el de Don Shirley, un pianista afroamericano que salió de gira por el sur de los Estados Unidos en 1962. FOTO: DIAMOND FILMS
“Para protegerme de tener que manejar el miedo de otras personas, hacía cosas que lo evitaran. Muchísimas personas negras hacen eso en todo el mundo. Porque está la idea de que somos algo a temer, o que representamos un peligro.” La madre de Ali, Willicia, es pastora de una iglesia cristiana. Tomó de la Biblia el nombre de su hijo: Mahershalalhashbaz en su forma completa (él lo abrevió más adelante). El padre -bailarín amateur y luego profesional- dejó a la familia y Ali pudo estar pocas veces con él hasta su muerte, a mediados de los ‘90. “Pero siempre lo respeté y admiré lo que hacía”, me dijo.
Mahershala vivió cerca de la madre hasta pocos años más allá de los veinte, cuando surgió una grieta complicada por cuestiones religiosas. “Perdimos muchos años. Después empecé a necesitar un nivel de comprensión más profundo”, recuerda. “Eso para mí resultó ser el islam.” En el 2000 Mahershala se convirtió y cambió su apellido por Ali. Después llegó el 11 de septiembre. Todo se hizo más difícil para él y su esposa, también musulmana practicante. Los fondos de la cuenta bancaria de ambos quedaron misteriosamente congelados.
Cuando ganó el Oscar hace dos años por Luz de luna como actor de reparto, la ceremonia se llevó a cabo luego del difícil fin de semana en el que el presidente Trump reveló el decreto conocido como “prohibición de ingreso para musulmanes”. Camino a la entrega, Ali pensó que tendría sentido decir “si soy alguien digno de honrar con un premio, bueno, no soy tan distinto de esas personas a las que no se les permite viajar al país”.
En "Luz de luna", película por la que ya ganó un Oscar como actor de reparto.
Cuando ganó, Mahershala terminó contando una historia sobre su madre. Tiernas y personales, al igual que de contenido político, sus palabras se han visto y oído cientos de miles de veces en Internet. “Mi madre es pastora de la iglesia cristiana”, dijo. “Yo soy musulmán. No se anduvo con vueltas cuando la llamé para decirle que me había convertido, hace 17 años. Pero les digo a ustedes ahora que si se ponen de lado las cosas, puedo verla, ella puede Le pregunto a Ali: si subiera de nuevo a un podio ganador con esta película, ¿volvería a referirse al momento político?
Como siempre, se toma un momento para pensarlo. Luego extrae una lección que ha aprendido de educar a su hija. “No es que se les dice ‘¡Hey! ¡No toques esa estufa caliente!’ y no la tocan nunca más. Hay que seguir machacando con el mensaje hasta que lleguen a un grado de conciencia en el que entienden”. De manera, cree, que estamos sólo en el principio. “Es un tema que todavía va a seguir por un tiempo.”
Traducción: Ramón García Azcárate
Su discurso al ganar el Oscar fue emotivo y devastador.
Cuando hace dos años se llevó el Oscar
Criado con “doble conciencia” respecto de su raza, Mahershala vio que su religión se volvía otra cosa más de la que los estadounidenses conservadores escapaban. Se anotó en un curso de actuación para graduados en la Universidad de Nueva York y hasta hizo de boxeador en una obra off-Broadway antes de mudarse de nuevo a Los Ángeles.
Su tercera etapa en Hollywood empezó con una serie de TV llamada Crossing Jordan. La siguieron programas más olvidables y cada tanto roles medianos en producciones como El curioso caso de Benjamin Button y The Place Beyond the Pines (nunca estrenada en la Argentina). Llegó a grabar un álbum de rap. Entre episodios de House of Cards hizo de militar en un par de películas de Los juegos del hambre. Hubiera querido algo mejor.
Estaba en la oficina de su representante cuando leyó el guión de Luz de luna, sobre un escolar de Miami llamado Chiron, perseguido por ser gay. Estaba la posibilidad de que Ali hiciera el papel de Juan, narcotraficante que se convierte en una figura paternal para Chiron. Pese a haberse presentado durante 15 años a castings de criminales negros musculosos, algo en el personaje de Juan, y sus matices, no lo hizo dudar. La “reacción visceral” que Ali dijo haber experimentado en relación con el guión se reiteró en el público cuando la película empezó a darse en festivales y se prolongó a la noche de los Oscar en 2017, además de ganar un Globo de Oro, un BAFTA y el de la Screen Actors Guild.