El denominado "Caso Próvolo", por abuso sexual y corrupción de menores en el instituto religioso para chicos sordos Antonio Próvolo, de departamento mendocino de Luján de Cuyo, ya tiene cuatro condenados, entre ellos los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho.
Corbacho (61 años) y Corradi (83), hallados culpables de abusos sexuales y corrupción de menores, fueron condenados a 45 y 42 años de prisión respectivamente por los jueces del Tribunal Penal Colegiado 2, el 25 de noviembre del año pasado.
En tanto, el jardinero Armando Gómez (49) fue condenado a la pena de 18 años de prisión; y el ex empleeado administrativo Jorge Bordón, luego de admitir delitos en 11 abusos a menores, había accedido a un juicio abreviado en septiembre de 2018, por los que recibió 10 años de prisión.
El histórico veredicto fue dictado por los jueces Carlos Díaz, Mauricio Juan y Aníbal Crivelli al cumplirse tres años desde que habían salido a la luz las primeras denuncias y se destaparon los hechos que tuvieron repercusión internacional.
La sentencia fue celebrada por miembros de la comunidad, las víctimas y sus familiares, que aguardaban fallos condenatorios que pudieran convertirse en "un ejemplo y referencia en el mundo".
Los fiscales Alejandro Iturbide y Gustavo Stroppiana habían imputado a los tres condenados por 25 hechos en total y, en el caso de los sacerdotes, las acusaciones estuvieron agravadas por el carácter de ministro de culto y por ser los encargados de la guarda de los menores de 18 años.
El debate, que comenzó el 5 de agosto y demandó 49 jornadas, se realizó a puertas cerradas por ser de instancia privada ya que se trata de delitos de abuso sexual, y contó con la participación de intérpretes de lenguas de señas.
Los ex alumnos declararon a través de cámaras Gesell, con el acompañamiento del Equipo de Abordaje de Abuso Sexual (Edeaas).
Las declaraciones brindadas por los diez denunciantes abarcaron desde insinuaciones, obligación de ver material pornográfico, tocamientos, violaciones y ataques grupales, además de encubrimientos de los vejámenes y todo tipo de maltratos sufridos durante años.
En noviembre de 2016 salieron a la luz los casos de abusos en el lnstituto Antonio Próvolo, situado en la localidad mendocina de Lujan de Cuyo, lo que llevó a la clausura del establecimiento.
El histórico veredicto fue seguido con atención también por los denunciantes de la sede del Próvolo en La Plata y en Verona, Italia, donde nació la institución y donde hubo también denuncias por hechos similares.