“Estamos presentes y comprometidos con el nuevo gobierno, pero pedimos una baja en las retenciones, o por lo menos que no nos las suban”, dijo Ortiz ante unas 120 personas con quien compartió un balance de la situación vitivinícola.

Al hablar sobre la situación de la vitivinicultura, Ortiz dijo que “aún sigue crítica, con un mercado interno amesetado luego de años de caída y un mercado externo con potencial, pero que requiere inversión y acompañamiento del Estado”.
Desde Bodegas de Argentina, informaron a la prensa que el consumo en el mercado interno cayó 20% en los últimos diez años, y uno de los casos es el estancamiento del vino varietal.
En cuanto al mercado externo se remarcó que “es esencial la promoción del vino argentino en el exterior para incrementar las exportaciones, que es una de las salidas que tenemos de manera de revertir la caída del 15% sufrida en la última década”.

Asimismo, el balance reflejó que el año 2020 “representa un gran desafío para la industria ya que termina el plan estratégico que fue bastante ambicioso, pero realmente fracasó”, admitió Ortiz.
“Necesitamos entender y analizar las futuras demandas para adaptar nuestra producción a la misma, incluir el uso racional del agua y rever cuál será su financiamiento y su conducción. Confío en que pronto volveremos a crecer y generar el empleo que todos deseamos”, finalizó la presidenta.