En ámbitos privados se especula que ambos países podrían exceptuar recíprocamente entre 50 y 100 productos, eliminando los aranceles para esas posiciones: "cero para entrar allá y cero para que los americanos entren en Argentina", explicaron fuentes.
Un emisario del gobierno de Estados Unidos estuvo en Argentina esta semana para analizar la suba de aranceles a las importaciones dispuesta por el presidente Donald Trump y explorar acuerdos que permitan reducir las tensiones comerciales.
El enviado, Robert Garverick, subsecretario de Política y Negociaciones Comerciales del Departamento de Estado, mantuvo reuniones reservadas en Buenos Aires con funcionarios del gobierno argentino y representantes empresariales, según informó Clarín. Tanto la embajada estadounidense como la Casa Rosada decidieron no divulgar oficialmente la visita.
El objetivo del viaje fue monitorear las medidas exigidas por la Casa Blanca y evaluar los aranceles recíprocos del 10% que pesan sobre Argentina, en el marco de las políticas proteccionistas impulsadas por Trump.
En ámbitos privados se especula que ambos países podrían exceptuar recíprocamente entre 50 y 100 productos, eliminando los aranceles para esas posiciones: "cero para entrar allá y cero para que los americanos entren en Argentina", explicaron fuentes. Este acuerdo preliminar obtuvo el visto bueno del Mercosur el viernes pasado, durante la reunión de cancilleres en el Palacio San Martín, donde se ratificó la ampliación temporal de la lista nacional de excepciones al Arancel Externo Común, de 100 a 150 productos.
Según informaron desde Vatican News, Francisco había confiado la iniciativa a Cáritas Jerusalén, con el objetivo de brindar asistencia médica a los cerca de un millón de niños desplazados por la crisis humanitaria en Gaza.
La medida permitiría al gobierno argentino avanzar en la rebaja recíproca de aranceles para 50 productos adicionales con Estados Unidos, complementando las 100 posiciones que ya gestiona de forma unilateral. Según estimaciones de la Cancillería, estas 50 posiciones representarían el 80% de las exportaciones argentinas al mercado estadounidense, equivalentes a unos 5.000 millones de dólares.
Aunque Trump anunció una pausa de 90 días en los aranceles para todos los países excepto China, las exportaciones argentinas ya están pagando el arancel recíproco del 10%, impactando especialmente en alimentos, productos vegetales y químicos, cuyos gravámenes se duplicaron o multiplicaron por diez.
Desde el gobierno trascendió que el canciller Gerardo Werthein se comprometió en abril a revisar 16 puntos clave exigidos por la Oficina del Representante de Comercio de EE.UU. (USTR), incluyendo restricciones a importaciones, acceso al mercado cambiario, barreras no arancelarias, controles aduaneros, licencias de importación, apertura del mercado de ganado en pie, propiedad intelectual, reducción de impuestos y regulaciones audiovisuales.
El presidente Javier Milei aseguró que ya se cumplieron "9 de los 16 requerimientos" e instruyó avanzar en los restantes para eliminar "barreras al comercio exterior".
Durante su visita, Garverick también indagó sobre la relación de Argentina con China, principal objetivo de la guerra comercial de Washington. Hace tres semanas, el secretario del Tesoro Scott Bessent sugirió a la Argentina cancelar el swap con China, lo que generó malestar en Beijing. Además, la reciente visita del jefe del Comando Sur Alvin Holsey a la base naval de Ushuaia fue interpretada como una señal de alerta sobre la influencia china en la región, en un contexto de negociaciones complejas entre Washington y Buenos Aires.