La exmodelo de Puerto Rico vivió casi ocho años como fugitiva en Europa.
Las múltiples vidas de Áurea Vázquez Rijos. Así se podría titular una película basada en la historia de esta exreina de belleza de Puerto Rico, que está acusada de encargar el asesinato de su marido millonario y cuyo juicio comenzó este martes en la ciudad de San Juan.
El homicidio tuvo lugar en 2005, pero la exmodelo escapó de la ley y vivió casi ocho años como fugitiva en Europa, donde tuvo gemelas y abrió una agencia de viajes.
La mujer está acusada de contratar a Alex Pabón Colón -alias "Alex el loco"- por tres millones de dólares para matar a Adam Anhang, un desarrollador inmobiliario canadiense con propiedades en Puerto Rico.
El objetivo de la acusada era "obtener ganancia financiera" con la muerte de Anhang, que al momento de su muerte tenía un patrimonio neto de 24 millones de dólares. La pareja se había casado apenas seis meses antes.
"Poco después de casarse, Anhang Uster comenzó a explorar la posibilidad de divorciarse de la acusada", señaló la fiscalía. Pero, según los términos del acuerdo prenupcial, los beneficios que ella recibiría como viuda iban a ser mucho mayores que los que obtendría si se divorciaba.
La noche del 22 de septiembre de 2005 la pareja cenó en un restaurante de San Juan y a la salida Anhang fue asesinado por el sicario, quien también golpeó a la mujer, para que el ataque luciera como un robo.
La principal acusada huyó a Italia antes de que la fiscalía emitiera la primera inculpación de 2008. Allí, tuvo dos hijas gemelas, se cambió el nombre por el de Áurea Dominicci e instaló una agencia de viajes.
El padre del asesinado, el exabogado canadiense Abe Anhang, sospechó de ella desde que murió su hijo y se dedicó durante años a perseguirla en sus viajes por el mundo y vigilarla a través de detectives privados, hasta que consiguió armar el caso para el FBI de Puerto Rico.
Finamente fue arrestada en España en 2013 y luego extraditada.
"Sabíamos dónde estaba ella todo el tiempo", dijo Abe Anhang al noticiero canadiense Global News un año después del arresto. "Pero no podíamos tocarla".