La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dice dispuesta a debatir la suspensión de las patentes de las vacunas contra la Covid, después de que Estados Unidos se mostrara a favor. Pero entre los Estados miembros hay disparidad de opiniones.
La Comisión Europea se dice "abierta a discutir" la suspensión de las patentes que protegen las vacunas contra la COVID-19, después de que Estados Unidos se pronunciara a favor.
Esta apertura a la reflexión implica un pequeño giro en la política hasta ahora defendida por la presidenta del ejecutivo comunitario, Ursula von de Leyen.
Asi se expresaba durante una conferencia en Florencia sobre el Estado de la Unión. "La UE está dispuesta a discutir cualquier propuesta que aborde la crisis de una manera eficaz y pragmática. Por eso estamos dispuestos a debatir cómo la propuesta de EE.UU. sobre la propiedad intelectual podría ayudar a nuestros objetivos".
Hace apenas unos días la presidenta de la Comisión dijo que no era "amiga de cancelar de patentes". Y también el Parlamento Europeo se mostró reacio durante la sesión plenaria de la semana pasada.
Pero 84 eurodiputados de diferentes grupos han enviado una carta a la Comisión solicitando la exención. "La Comisión Europea debe hacerlo, realmente. Debemos ser parte de la solución y dejar de proteger los derechos de las industrias que trabajan con las vacunas. También hay que tomar en consideración que el dinero que se está gastando en esto procede de nuestros impuestos", explica Samira Rafaela, una de las firmantes perteneciene al grupo liberal.
La decisión debe tomarse por consenso en la Organización Mundial del Comercio, donde India y Sudáfrica cuentan con el apoyo de un centenar de países. Y la posición de la UE, que aún no se ha fijado, será crucial.
El lobby europeo de la industria farmacéutica pide a la Comisión que siga apoyando la innovación, lo que desde su punto de vista implica defender la propiedad intelectual.
"Ceder las patentes no es la solución que permitirá aumentar la producción. De hecho, podría ser peligroso y contraproducente. En una primera fase podría disminuir la producción. Y, a largo plazo, podríamos causar una desinversión a la hora de buscar respuestas a las pandemias. Esto es lo último que quisiéramos", afirma Nathalie Moll, Directora General de EFPIA.
En Europa, los Estados miembros todavía no han adoptado una posición común y no será fácil. Algunos países como Francia se dicen a favor de suspender las patentes, pero la canciller alemana Angela Merkel ya ha dicho que se opone.