Los viajeros que lleguen a Italia deberán someterse a una prueba de covid-19 antes de viajar y, al término de la cuarentena de 5 días, deberán realizar de nuevo otro test de diagnóstico.
De cara a las festividades de Semana Santa y ante la alta incidencia de coronavirus en el país, Italia ha anunciado este martes que, los viajeros procedentes de países de la Unión Europea, además de necesitar una PCR negativa antes de entrar al país, también deberán guardar una cuarentena de 5 días a su llegada, tal como ya se establecía hasta ahora para quienes viajaban desde fuera del bloque comunitario. Además, una vez que pasen esa cuarentena, deben realizarse otra PCR que confirme su diagnóstico de nuevo.
El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, ha firmado este martes una ordenanza en la que dispone estas medidas, después de las duras críticas recibidas sobre la posibilidad de que puedan entrar turistas o los italianos puedan viajar al extranjero de vacaciones cuando el país se encuentra confinado durante los próximos días festivos de Semana Santa, al igual que ocurre en España.
En las zonas rojas de Italia, y también durante los días 3, 4 y 5 de abril, festivos por la Semana Santa, está prohibido salir de casa para motivos que no sean trabajo o urgencias, mientras que en zona naranja tampoco se puede salir de la región de residencia. En Italia, tanto las asociaciones de hoteleros como de turismo, han manifestado su indignación por las normas que impedían que los italianos fuesen de vacaciones dentro de su país, mientras que se permitía viajar al extranjero.
Italia acumula más de 3,5 millones de casos de covid-19 y más de 108.000 personas han fallecido víctimas de esta enfermedad. El país ha sufrido en estas últimas semanas un repunte de los contagios, con datos diarios que han llegado a superar los 20.000 positivos.
El primer ministro, Mario Draghi, ha recibido este martes la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus, a sus 73 años, según el protocolo establecido por las autoridades de la región de Lazio y que establece una serie de grupos en función de edad, riesgo y profesión.