El hecho fue reconocido por el alto mando militar de Australia, quien sugirió abrir un proceso por crímenes de guerra.
El máximo responsable militar de Australia admitió este jueves (19.11.2020) la existencia de pruebas creíbles de que sus fuerzas especiales "mataron ilegalmente" a al menos 39 civiles afganos y no combatientes, tras la publicación de una larga investigación.
"Al pueblo afgano, en nombre de la fuerza de defensa australiana, le presento sinceramente y sin reservas mis disculpas por cualquier acto reprensible por parte de los soldados australianos", declaró el general Angus Campbell.
"Algunas patrullas hicieron caso omiso de la ley, se infringieron reglas, se inventaron historias, se contaron mentiras y se mató a prisioneros", agregó el jefe del ejército australiano.
Los 25 miembros de las fuerzas especiales acusados de haber incumplido las normas en 23 incidentes "mancharon" su regimiento, las fuerzas armadas y Australia, agregó, recomendando que se abra un proceso por crímenes de guerra.
"Este balance vergonzoso incluye supuestos casos en los que nuevos miembros de patrulla fueron obligados a disparar contra un prisionero para efectuar su primer asesinato, en una práctica espantosa conocida bajo el nombre de "blooding"", explicó el general Campbell.
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Además, pidió la revocación de algunas medallas otorgadas a las fuerzas de las operaciones especiales que sirvieron en Afganistán entre 2007 y 2013.
Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, más de 26.000 soldados australianos fueron enviados a Afganistán para combatir junto a las fuerzas estadounidenses y aliadas contra los talibanes, Al Qaida y otros grupos islamistas.
Las tropas de combate australianas dejaron el país en 2013 pero desde entonces han salido a la luz, una serie de relatos, a veces brutales, sobre la conducta de las unidades de élite de esas fuerzas especiales.
jc (afp, efe, ap)
Amal (* nombre ficticio), dejó la ciudad sitiada de Homs, en Siria, a los 7 años. Ahora tiene 11 y vive en un campo de refugiados en Líbano. Es una niña muy triste y tranquila. Pero irradió una confianza inesperada en este retrato del fotógrafo Dominic Nahr, quien estaba tan impresionado por su fuerza interior que esta toma inspiró una serie entera de fotos sobre sobrevivientes de conflictos.
El libro "Estoy vivo" marca el centenario de la organización Save the Children, que se creó en Reino Unido en 1919 para ayudar a los niños afectados por la guerra. Presenta retratos de personas que sobrevivieron a un conflicto de cada década del siglo pasado. En la foto aparece Evelyne Brix, que todavía recuerda las comidas que la organización proporcionó en Berlín en 1946, cuando tenía 14 años.
Vanessa tenía 5 años cuando los tutsis mataron a alrededor de un millón de personas en 100 días en Ruanda en 1994. Logró escapar con su madre y sus dos hermanos, pero se separaron durante la fuga. A pesar de una búsqueda lanzada por Save the Children, sus padres nunca fueron encontrados. Las cicatrices de este trauma aún se pueden sentir en su mirada, según Nahr.
Junto con los retratos de Nahr, el libro ofrece fotos de la época de los conflictos. Viejas polaroids a menudo ayudaban a encontrar personas que formaban parte de los programas de Save the Children cuando eran niños. A la derecha de la foto se ve al colombiano de 17 años José David Ríos (* nombre ficticio) con sus amigos. A los 9, fue herido en un fuego cruzado entre las FARC y el ejército.
Nahr también fotografió varios paisajes y situaciones de la vida cotidiana. Los negativos de una serie de fotografías seleccionadas se alternan con tomas a color para evocar la idea de que el conflicto tuvo lugar en el pasado, pero que aún hoy deja huella.
El mayor desafío para completar la serie fue encontrar un sobreviviente de la I Guerra Mundial, ya que fue entonces cuando Save the Children fue creada para ayudar a los niños que pasaban hambre en Alemania y Austria-Hungría en ese momento. Se encontró un testigo: Erich Karl, que este año cumplirá 107 años y todavía recuerda el chocolate caliente que recibió de un programa de alimentación en 1919.
El libro "Estoy vivo: cómo los niños sobrevivieron a un siglo de guerras" presenta las historias de 10 personas más un "bebé de la esperanza": Rajiya (* nombre ficticio) es uno de los 119 bebés que nacieron entre julio de 2018 y mayo de 2019 en un campo de refugiados de Save the Children para los rohinyas que huyeron de Birmania. Se estima que 415 millones de niños crecen en zonas de guerra.
Autor: Elizabeth Grenier