Un día después del operativo policial más letal en la historia de Río, residentes recuperaron decenas de cadáveres fuera del conteo oficial. Las autoridades habían informado 64 fallecidos -entre ellos cuatro policías- y 81 detenidos; testigos califican el accionar como "una masacre".
Los vecinos del complejo de favelas Penha, en Río de Janeiro, recuperaron más de 50 cadáveres un día después del megaoperativo contra una banda criminal, elevando extraoficialmente el número de fallecidos a más de 120. El reporte oficial difundido el martes por el gobierno estadual había confirmado al menos 64 muertos, incluidos cuatro policías, y 81 detenciones.
Según testigos en el lugar, los cuerpos hallados por residentes -que salieron a buscar a familiares desaparecidos- fueron trasladados a la plaza São Lucas, por lo que no estarían aún incorporados al balance oficial. El secretario del primer ministro, coronel Marcelo de Menezes Nogueira, indicó este miércoles que los cadáveres recuperados de madrugada no figuraban en el parte de la víspera.
La escena en Penha estuvo marcada por el dolor y la indignación. Entre gritos de "¡asesinos, asesinos!", pobladores definieron la intervención como "una masacre" ante periodistas que arribaron desde la Argentina. El dispositivo, que movilizó a 2.500 policías y se concentró inicialmente en dos grandes barriadas, buscó frenar la expansión territorial del Comando Vermelho, la segunda organización criminal más poderosa del país.
La respuesta armada fue inmediata y de alta intensidad: integrantes del grupo lanzaron granadas desde drones y sostuvieron tiroteos contra las fuerzas. El Comando Vermelho, surgido en 1979 en una cárcel de Río, se expandió por otros estados y opera en tráfico de drogas y armas, entre otras actividades. En Brasil, solo lo supera el Primer Comando de la Capital (PCC), con base en São Paulo.