En la inauguración de una central termoeléctrica, el presidente de Brasil tuvo un insólito gesto que recorrió el mundo.
¿Confusión o acting? Se sabe: Jair Bolsonaro suele hacer de la provocación una marca registrada. Y este miércoles, durante un acto oficial, sumó un capítulo más a su historial de gestos polémicos.
Sucedió durante la inauguración de una central termoeléctrica en Sergipe. Mientras estaba rodeado de guardaespaldas, asesores y algunos partidarios, el presidente de Brasil alzó a un enano pensando que era un niño y lo sostuvo durante unos segundos.
Una vez que las cámaras captaron el momento, y mientras algunos presentes le advertían que en realidad no se trataba de un nene, el mandatario se percató del ¿error?: le dijo al enano algo que el bullicio de la escena no permitió advertir, y recién entonces lo dejó nuevamente en el suelo.
Bolsonaro se fue como había llegado, sonriente e ignorando las normas sanitarias: una vez más no usó barbijo ni respetó el distanciamiento, en medio de una realidad brasileña muy golpeada por el coronavirus (suma más de tres millones de infectados) y días después de que se confirmara el positivo de uno de sus hijos, Renán, de 22 años.
Vestido con un impecable traje y un barbijo del Flamengo -el club más popular de Brasil-, el hombre prolongó la sonrisa y se fue con la certeza de haber conquistado su minuto de fama.