Diversos especialistas observaron un descenso de la proporción de los casos afectados por la variante Delta y un aumento de la presencia de la variante Ómicron. La situación del Lagomaggiore.
Ya es un hecho la tercera ola de la pandemia del coronavirus en Argentina. En medio de la preocupación, los servicios de atención telefónica y, sobre todo, las guardias hospitalarias, amenazan un colapso que se vuelve cada día más real, frente a un crecimiento exponencial de los contagios de Covid-19. En el hospital Lagomaggiore se testean unas 100 personas al día y de los exámenes 45 son positivos.
El pasado 30 de diciembrea Argentina alcanzó el número más alto de infectados desde marzo de 2020. La cifra escaló a los 50.506 casos positivos, superando a los 41.080 que se habían contabilizado el 27 de mayo de 2021 durante la segunda ola.
Diversos especialistas observaron un descenso de la proporción de los casos afectados por la variante Delta y un aumento de la presencia de la variante Ómicron, que fue detectada en noviembre en África.
Como consecuencia de la alta contagiosidad de esta nueva variante del SARS-CoV-2, las guardias de los hospitales públicos y privados atraviesan una situación de desborde.
“Una de cada dos personas que van a hisoparse tiene COVID-19?, explicó al portal Infobae una fuente del sistema privado de salud.
“Estamos ante una tercera ola, de eso no hay dudas. La buena noticia es que nos encuentra en una situación muy distinta a la de la segunda, por un lado porque hay un porcentaje mucho más significativo de vacunados. Por el otro, porque una gran cantidad de la población ya cursó la enfermedad y, si bien pueden volver a contraerla, ya tienen un poco más de inmunidad”, sostuvo otra alta fuente del sector.
A diferencia de lo que sucedió en la segunda ola, cuando la saturación del sistema de salud estaba en la Unidades de Terapia Intensiva (UTI); hoy, la saturación del sistema salud está en los servicios de emergencias. “Si te parás frente a la puerta de cualquier hospital público o privado vas a ver que hay varias cuadras de fila para hisoparse. Así no hay sistema que aguante: a este ritmo las guardias van a colapsar”, advirtió la misma persona en referencia a lo que se vive en CABA, Buenos Aires y Córdoba.
Ese problema de saturación y estrés en la primera línea de atención de los centros de salud -hospitales, clínicas y sanatorios- también se registra con inocultable gravedad en los sistemas de asistencia telefónica que tienen los efectores del ámbito público y, sobre todo, privado.