La principal imputada por los abusos en el Instituto Antonio Próvolo en la localidad de Luján de Cuyo, la monja Kosaka Kumiko, declaró hoy por espacio de 45 minutos en el juicio que se le sigue, y cuyo contenido no se dio a conocer públicamente por orden del Tribunal.
En este proceso oral están imputadas junto a Kumiko la representante legal Graciela Pascual (65), la cocinera Noemi Paz (63) y la psicóloga Cecilia Raffo (43), las ex directoras Edith Pinaca (66), Cristina Leguiza (50), Valeska Quintana y la monja Asunción Martínez (53).
El Tribunal integrado por los jueces Gabriela Urciuolo (presidenta), Rafael Escot y Bélen Salido, dio inicio a la audiencia a las 8.45 y se extendió hasta las 9.20, momento en que dio por concluida su participación en la audiencia de esta jornada cuyo debate se desarrolla de manera semipresencial debido a la situación de pandemia y a puertas cerradas por tratarse de delitos de índole privada.
En este contexto la defensa de Kumiko, una vez finalizada su presentación, pidió que no se dé a conocer a los medios y al público el contenido de las declaraciones de esta jornada y que el Tribunal le dio lugar a dicho pedido, indicaron fuentes.
Sobre el motivo o fundamento del pedido de no dar conocer el contenido, las fuentes indicaron que es para garantizar la espontaneidad de las declaraciones de las demás imputadas que aún no pasaron por el banquillo.
Una vez finalizado el testimonio de la monja Kumiko, el Tribunal llamó a un cuarto intermedio hasta la próxima audiencia, prevista para el lunes 5 de julio, cuando se espera que declare, según el orden establecido en la audiencia pasada, la representante legal del Instituto, Graciela Pascual.
Kosaka Kumiko es la única que llega a este juicio con prisión domiciliaria acusada de abuso sexual agravado, corrupción de menores y partícipe primaria por omisión.
El segundo juicio por los abusos a niños hipoacúsicos en el Instituto Antonio Próvolo de Mendoza, que tiene como imputadas a nueve personas, dos de ellas monjas, se reanudó este martes luego de varias demoras por nulidades y recusaciones.
En el primer juicio, que finalizó en noviembre de 2019, fueron condenados el sacerdote Horacio Hugo Corbacho, a 45 años de prisión; el cura italiano Nicola Corradi (83), quien recibió una pena de 42 años y el exempleado Armando Gómez, quien recibió 18 años de prisión.