Una fiscal pidió que sea elevada a juicio oral la causa que investiga al empresario Enrique Blaksley Señorans, conocido como "El Madoff argentino", y a otros 16 familiares, amigos y empleados de una financiera, acusados de apoderarse del dinero de 318 ahorristas en la que se cree que es la mayor estafa en la historia del país.
Todos los imputados están acusados de defraudar al fisco y a particulares que le confiaron dinero bajo la figuras de contratos de mutuo, certificados y contratos de inversión y adhesión a fideicomisos inmobiliarios, con la promesa de ser invertido y retornado con intereses elevados.
Blaksley se presentaba como un exitoso hombre de negocios, que previamente se encargó de posicionar publicitariamente a su empresa, Hope Funds S.A., en diversos eventos masivos, lo que le permitió acceder a una amplia cartera de clientes, según surge de la investigación judicial.
"La fachada de solidez y confianza de la empresa se construyó con teóricas vinculaciones con personas de renombre y con la participación de las empresas que forman parte de su conglomerado en diversos negocios reconocidos (como Hard Rock o Hertz)", indicaron desde la fiscalía.
A muchos de los que firmaron contratos mutuos se les devolvieron, en un comienzo, las sumas de dinero para consolidar una falsa situación de confianza y así conseguir más datos de personas a las que luego se les ofrecerían las inversiones.
Con el dinero de los ahorristas y no con los fondos propios de la compañía, los acusados realizaron campañas de marketing para instalar su empresa y generar más confianza, lo que implicó, por ejemplo auspiciar eventos deportivos de trascendencia nacional e internacional.
"El monto global involucrado en las estafas arribaría a la suma de 1.500 millones de pesos, de la cual 184 millones de pesos corresponden a los 318 casos presentados en la causa penal", detalla un informe elaborado por la fiscalía.
Además, recordaron que cuando Blaksley ya se encontraba imputado en la causa se utilizó una empresa que no estaba intervenida para facturar por los eventos que se realizaban en el Auditorio del Buenos Aires Design, y de esa manera evitar que el dinero sea depositado en la cuenta bancaria judicial, cuyos fondos deberán ser entregados a las víctimas.
Blaksley, que se encuentra detenido desde abril del año pasado, está acusado de ser el jefe de una asociación ilícita que tenía en su núcleo jerárquico a Federico Dolinkue, Alejandro Carozzino, su cuñada Verónica Vega y Pablo Andrés Willa, según la fiscalía.
Además, como integrantes de la supuesta asociación ilícita están acusados otras 12 personas, varias de ellas familiares directos.
Para las estafas y las maniobras de lavado de activos, los acusados se valieron de un entramado societario conformado por, al menos, 42 sociedades y 3 fideicomisos inmobiliarios en el ámbito nacional, y 66 sociedades en el exterior, según indicaron fuentes judiciales.
Cuando se presentó a indagatoria, Blaksley se quejó de la "mediatización" de su caso y respecto de su comparación con el estafador estadounidense Bernard Madoff, respondió: "Madoff nunca compró nada, no hizo malos negocios. Mis negocios existieron, estaban, invertí, no inventé un estado de cuenta para que la gente crea una. Me llamaban también el "dandy estafador" y así destruyeron 30 años de una empresa".
De la investigación participaron también la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), con la colaboración de la Dirección General de Recuperación de Activos y Decomiso de Bienes de la Procuración General de la Nación.